26 de diciembre de 2011

Frases llenas de veneno

Pensé que sería un día tranquilo Alex, como siempre me he levantado de muy mal humor, afortunadamente mi mamá lo entiende y me da mi espacio, ya tenía todo preparado cuando yo desperté. Quedamos de vernos en casa de mi suegra y cuando llegue ahí estaba esperándome, esta vez no toco y espero afuera.

Trate de abrir la puerta de la casa pero estaba con cerrojo, por lo que tuvimos que esperar a que abrieran, a los 10 minutos la puerta se abrió y al poco tiempo ya estábamos de camino al panteón. Llegamos sin contratiempo pues no había tráfico, limpiamos las flores y las acomodamos. Justo cuando subimos con el cuñado sonó el nuevo celular de Cecilia, era Victor informándole que ya iban de camino, seguramente apenas salían.

Justo cuando comenzábamos a comer unos tacos llegaron los hermanos Díaz, Andrea fue la primera en bajar y saludar de una manera desganada, he contestado de la misma forma, cuando Victor lo hice me mostré un poco más animada, de que otra manera me puedo comportar si ellos esperan que “de buena voluntad” entregue algunos artículos que tú me hiciste prometer cuidar.

Fue sorpresa que tu mamá se regresara con nosotros Alex, pero así fue, una vez llegado me quede con ella un poco más haciéndole compañía mientras llegaba Cecilia, por supuesto me reprocho que no le aceptara los tacos que ella me ofrece, y en cierta manera tiene razón, ella jamás ha rechazado alguno que yo le llevara.

Fue justo cuando me daban el “taco” que al estar en la cocina comenzamos a hablar de las personas a las que extrañamos, por supuesto el principal fuiste tú, entre varios puntos ella hizo una pregunta que me causo mucho dolor: Quien llevo a mi hijo a X hospital?... por supuesto no me quedo más que contestar: Yo.

Me hizo llorar y sentirme mal durante todo el día, trate de distraerme un poco buscando el cereal que tanto me gusta, pero lamentablemente no lo encontré.

Ya en casa, sintiéndome un poco mejor, me llamo tu mamá Alex, eran pasadas las 5 de la tarde, fui con más obligación que ganas, pero se comporto muy amable, me trajo algunos pastes que compro en la salida que hicieron con Victor.
Terminamos hablando un largo rato, las platicas que me ha hecho durante tiempo pero me he mostrado muy interesada en ellas, después de las 7 de la noche me despedí, agradecí el detalle y me regrese a la casa. Por supuesto he pensado en la frase que siempre me decías Alex: Ya vez, la viejita cotonete si te quiere, a su manera pero lo hace.

Pienso que ha sido su dolor quien hablo en la mañana y no ella, no negare que me dolió mucho Alex pues ella puede hacer eso con facilidad, sacar su dolor con frases llenas de tanto veneno aunque a lastime a las demás personas. En cambio yo tengo que tragarme todo el dolor sin más. Las decisiones siempre las tomamos entre los dos, desde las más pequeñas hasta las importantes Alex, siempre fue así.

Y como me dijeron hace tiempo, buenas o malas fueron decisiones, debe de haber un culpable o muchos, pero al ser tu su hijo no puedes tener la culpa, la mala sigo y seré siempre yo Alex, una de las tantas cruces que debo de cargar día tras día.

Alex… por favor ven ya por mi… te necesito tanto… no tardes… TE AMO.

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