10 de agosto de 2011

La sombra

Hoy no ha sido nada diferente a los otros días, me desperté temprano pero volví a quedarme dormida, a medio día y con la mirada clavada en el techo sonó el teléfono, resulta que ahora pocas personas llaman por teléfono a la casa, la más recurrente es mi mamá. Es, creo, la única en esta estúpida realidad que se preocupa por mí. Creo que si no fuera por ella estaría más decaída o en una depresión más profunda.

Comí las últimas tortitas de papa y rajas que me había preparado ella, a veces solo como por el hecho de comer Alex, difícilmente tengo hambre, muchas veces me resulta imposible diferenciar entre un dolor de estomago o la necesidad de comer.

La vida afuera de estas cuatro paredes sigue girando, continúan viviendo por el vecino con música a todo volumen y tocando la bocina del coche. Siguen jugando pelota y azotando la puerta de la entrada. Alex… todo sigue igual excepto yo. Dicen que todo está en mí para salir adelante, pero no tengo ánimos, sigo sin poder encontrar la alegría de vivir, esa alegría que era tan común en ti a tal grado de contagiarla, porque Alex…. todas las personas que te conocieron se contagiaban de ella.

La alegría desapareció, la ilusión se esfumo, las ganas de seguir… pues que te digo… están en las manitas de Karopi, a 6 metros bajo tierra.

La lluvia se ha alejado, al parecer solo restan días soleados y con un agradable clima, pero para mí Alex… todos y cada uno de ellos son grises.

Hoy por la tarde fui a la tienda, como siempre la mirada en el piso, pero al regresar a casa levante la vista con la ilusión de verte en la casa, te imagine caminando hacia la oficina. Con una felpa beige y una gorra en la cabeza. Pero solo fue eso Alex… una imaginación, un recuerdo, un deseo. No pude evitar mirar mi sombra, tan cansada como yo, tan encorvada por tanto dolor, limpiándose las lágrimas pero sobre todo… caminando sola. Cuánto dolor puede existir en una persona que hasta su sombra comienza a llorar?

Hay días en los que pienso que he llorado bastante Alex, hay veces que siento aun no es suficiente, pero es tanto el dolor, la tristeza y tu ausencia que esta sale por donde puede, casi siempre es por las lágrimas. Pero dime Alex… como no llorarle a un hombre como tu?... sobre todo si ese hombre me dijo muchas veces: “Eres el amor de mi vida”… y sobre todo ese hombre “Es el amor de mi vida”.

Antes pude manejar muchos problemas, solucione muchos otros, me sentía fuerte, con ganas de vivir y el mundo me quedaba chico pues estabas a mi lado. Me contagiabas día a día de tu alegría, de tu entusiasmo. Pero hoy… no sé cómo manejar el dolor, tristeza, tu partida… no lo sé. El dolor en el pecho continua, creo que es lo único que me hace pensar que sigo “viva” ya que es un dolor físico, si no fuera por eso creería que sigo en un mal sueño.

Alex, por favor ven ya por mi… por favor… ya no quiero seguir aquí… ya no… ven por mi… TE AMO.

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