12 de julio de 2011

La llamada

Trate de levantarme temprano hoy Alex, lo intente en varias ocasiones, pero mi necesidad de soñarte fue más grande. Lo intente una y otra y otra vez, pero me fue imposible. Alrededor de medio día, pude por fin quitar las cobijas y poner los pies en el piso.

Desayune un poco de sopa y me vestí para ir a sacar las impresiones de las pantallas que se trataremos de congelar con Blanca. El modificar esas pantallas me causa un terrible dolor, me hace falta tu consejo y punto de vista pero sobre todo la mirada que tienes al sentirte orgulloso por mí. Eso y muchas otras cosas más me hacen falta todos los días, a cada minuto y segundo de esta absurda existencia.

Camine bajo un sol demasiado alegre, la gente a mi alrededor disfrutaba el día, todo gira tan rápido que solo quiero detenerme e ir corriendo hacia donde estás tú. Es tan grande mi dolor que continuo caminando con la cabeza agachada, el cuerpo encorvado y un paso lento. Hoy sentí que es imposible seguir con tanto dolor. Alex… me está siendo imposible continuar….

Está siendo cada día más difícil el imaginarte en mi situación, te amo tanto que no me gustaría haberte causado este terrible sufrimiento. Duele mucho, ahora me siento mutilada tanto física como espiritualmente. Sigo sin entender como hay personas que pueden apoyarse en la fe para superar esto. Yo tenía fe Alex, tenía tanta fe que jamás llegue a pensar estar en una situación así. Y ahora… me encuentro sin ti… sin fe… sin nada.

He recordado una escena de la película “La reina de los Condenados”, en donde al final los protagonistas caminan en un mundo que gira tan rápido para ellos. Es así como me siento cada vez que salgo de la casa.

He llorado todo el día. A veces siento que tanta tristeza comenzara a salir por cada uno de los poros del cuerpo. Tanta tristeza y dolor por no tenerte a mi lado de la forma en la que te pueda tocar o abrazar… Solo estas cuatro paredes son fieles testigos de casi todo mi llanto. Un litro de lágrimas se me hace poco lo que he llorado en este tiempo. Cuanto más tengo que llorar… no lo sé. A veces me siento aliviada… otras no. Muchas veces lloro hasta quedarme dormida… aunque hay veces que así es como me despierto.

Y para acabar el día, me han llamado del banco por un pago pendiente, aunque al explicarle la situación al asesor, y este revisara sus notas, me ha pedido una disculpa. Qué difícil ha sido esa llamada.

Alex… por favor… te lo suplico… ven ya por mi…. no me dejes seguir con tanto dolor… ven ya por mi… TE AMO

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