20 de septiembre de 2020

La escuela del ahijado

Como desde ayer quede con Ángel de ir a su escuela en bici, me he levantado temprano, y no es que me haya costado mucho trabajo, creo que el hecho de salir un rato en bici, sentir el aire en la cara y un poco de sol en la piel me animó bastante, así que no fue tan complicado levantarme de la cama y prepararme para salir, de hecho creo que al ahijado le sucedió lo mismo pues a las 8.30 de la mañana ya estaba en la puerta de la casa.

Tuvimos que hacer una parada técnica para inflar las llantas de las bicis, de ahí caminamos un poco pero tomamos camino casi de inmediato, solo que en un trayecto me topé con un perro que me persiguió Alex, ya te imaginarás lo que sentí, pero seguí pedaleando hasta que el perro desistió de seguirme, tuve suerte de que ningún coche pasara, y ahora que lo pienso creo que en todo esto me ayudaste pues, justo cuando el perro dejó de perseguirme y el ahijado me alcanzó tuve tiempo para relajarme un poco y, fue en ese momento, que comenzaron a pasar los coches.

Una vez que llegamos a la escuela, le dimos la vuelta a la manzana, más que nada para reconocer el lugar, comentamos muchas cosas y le conté algunas de mis experiencias, por supuesto me habría encantado que le contaras de tu experiencia, de las mariposas que se sienten al ingresar a un aula en el poli, y demás cosas, por supuesto me encantaría poder ayudarlo a cambiarse de escuela, a que viva lo que en algún momento viviste tú, solo que no se como podría, quizá pueda conseguir una carta de recomendación para que entrara, pero no se Alex, por otra parte pienso en que es tiempo que se tope con la realidad, que busque soluciones sin depender tanto de otras personas, no se Alex, qué opinas?

El regreso ha sido mucho más rápido, esta vez nos venimos por el carril del metrobús, aunque siempre estuvimos al pendiente de que no pasara, al final solo en 2 ocasiones tuvimos que darle el paso, fuera de eso volvimos rápido, guardamos las bicicletas y cada quien se fue a su casa, minutos después le dije que si quería un tamal, pero la señora con la que quería comprarlos ya no estaba, así que fuimos a la plaza y ahí compró el ahijado 2, uno para el y otro para su mamá, por mi parte me animé a comprar unos tacos dorados, solo que esta vez no me gustaron para nada.

Ya en casa he salido para comprar un poco de chicharrón con carnita, de regreso me topé con la comadre, Blanca y Ángel pues iban a desayunar al mercado, lo que puso en duda lo que el ahijado me dijo, pues según él su mamá estaba enferma, pero bueno Alex.

Hice lo mismo que cualquier otro día, lavar, limpiar la casa y bañarme, hasta me animé a cambiar la colcha de la cama por la que mamá me dio, así que me siento como la señora de los gatos sin gatos, no se Alex, pero seguramente me ayudará a calentarme por la noche, ya que según sé el clima va a cambiar bastante, varios frentes fríos están por llegar, he de reconocer que se ve linda aunque le faltó una hilera más para cubrir bien el colchón.

Termino el día pensando mucho en ti, en la falta que me haces, en las cosas que estuviéramos hablado y miles y miles de cosas.

Alex… TE AMO.

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