24 de agosto de 2020

Cerrando la puerta

Digamos que mi día ha comenzado demasiado temprano Alex, a las 12.30 de la noche escuché como alguien quería entrar, así que me levanté de volada con la intención de prender la alarma y despertar a los vecinos para que me auxiliaran, eso fue lo que pensé en segundos, antes de mover un poco las cortinas y percatarme que Ángel quería entra a la casa pues estaba usando las llaves que le presté para abrir las puertas, llavero que es el tuyo y dudo mucho aprecie el significado o valor sentimental que tienen.

Creo que su intención era entrar, prepara algo de cenar e irse de nuevo a los cuartos, pero le falló el cálculo pues en lugar de eso me encontró del otro lado de la puerta preguntándole que quería, solo me dijo que entrar al baño, a lo que le respondí que usara el de abajo, creo que notó mi molestia pues no dijo nada y prefirió subirse de nuevo, aunque creo recordar una mueca de molestia en su cara por el plan fallido, pero Alex, que hora son esas de querer entrar, aún y cuando haya confianza no puede hace lo que en su casa, al menos no en donde vivimos ya que se escucha todo.

Después de dormir, me he despertado a la hora de siempre, extrañamente hoy me he despertado con un dolor en la mano izquierda, pese a que no hice mucho esfuerzo con ella, al menos no que recuerde, sin embargo, al cerrar el puño me duele bastante, pero he preferido que poco a poco la mano se vaya relajando, es decir esta vez no he tomado ningún medicamento, solo pequeños ejercicios he hecho durante el día para aminorar un poco el dolor.

A la hora que bajó Ángel le explique que no podía hacer lo que intento en la madrugada, pues me dio un susto por hacerlo, se disculpó y, después de desayunar, se volvió a subir para vestirse e ir a casa de su mamá, por un segundo pensé que se llevaría todas sus cosas, al final solo se ha llevado su ropa sucia pues le mencioné que la semana pasada ya se la había lavado y ahora era turno de su mamá.

A veces creo que mi forma de hablar es bastante fuerte y digo las cosas de una manera diferente a como las pienso, sin embargo, no es mi afán molestar, pero hay muchas cosas que no se me hacen justas, como eso de que quiera pasarse el día acostado sin hacer algo de provecho, y justo cuando pienso en eso te recuerdo Alex, la de veces que me habrías dicho: “Déjalo en paz”.

Peor bueno, mi día ha estado tranquilo, pero le he llamado más a mamá para que no se sienta tan sola, cosa que de alguna manera me estresa, pero bueno, sigo postponiendo la programación de la página, como que se me ha ido la inspiración con tantas cosas.

Alex… me haces muchísima falta… ven ya por mi… TE AMO.

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