11 de noviembre de 2019

Volviendo a nadar

Hoy, al levantarme de la cama noté un tirón en el cuello, lo que hizo que todo el día me estuviera doliendo, sobre todo cuando giraba un poco la cabeza, así que intenté no moverla y así evitar el dolor, por supuesto que tomé una pastilla para el dolor antes de salir de casa y llegando a la oficina otra para desinflamar.

Así que eso mantuvo a raya la molestia durante toda la jornada laboral, aunque algunos movimientos si me dolieron, sobre todo al estar sentada en la parada del camión y voltear a la izquierda para ver si ya venia el transporte, pero aguanté Alex.

Ya en casa me tomé otra pastilla para el dolor, acomodé todo para mañana y me preparé para ir a nadar, para mi sorpresa, y la de todos, el agua estaba muy rica, es decir, ni caliente ni fría, puedo decirte que casi me quedo recostada en el agua disfrutando el momento, ha sido hasta que Cris me dijo que comenzáramos a calentar que salí de mi pequeña burbuja.

Sin embargo, al finalizar la clase, me quedé unos 5 minutos recostada en el agua, hasta que el maestro comenzó a decirnos que si íbamos a quedarnos más tiempo en la alberca deberíamos pedirle permiso al maestro, y casi lo hicimos Alex, pero salimos de la alberca para toparnos con la realidad de que el agua estaba completamente helada en las regaderas.

Quizá por eso casi no me he enfermado, no se Alex, pero el choque de la temperatura nos hizo renegar, algunas mujeres de plano mejor se fueron así, yo solo pude lavarme la cabeza y enjuagarme rápidamente para correr y cambiarme de ropa.

Mientras caminaba el frio comenzó a calarme los huesos de las piernas pues llevaba puesta una de las chamarras que el Ing Harper me regaló, es azul, mi color favorito, de una tela ligera pero que no permite el paso del agua, digamos que impermeable, así que ni el aire entraba, sin embargo, caminé rápido para llegar a casa y quitarme todo lo mojado, o frío, prepararme un café y ponerme el pijama.

También he hablado con mamá, quien me mantiene al día con respecto a los chismes de la familia, sin embargo, no se el motivo, pero termina contándome lo que les dice a Martha o su otra hermana sobre lo que mi abuela le hizo, cambia las palabras por supuesto, pero en esencia es lo mismo, un tremendo rencor por lo que su madre le quitó.

Termino el día pensando muchísimo en ti Alex, extrañándote terriblemente… ven por mi… TE AMO.

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