5 de noviembre de 2019

Un tequilero menos

Que te digo Alex, al final, el descanso de ayer no sirvió de mucho, pues apenas sonó la alarma del despertador le mandé un mensaje a Vic para informarle que me sentía muy mal y prefería estar en casa, por supuesto si me necesitaban estaría atenta al celular, pero pues esto es así Alex, solo con reposo se cura uno.

Pese a lo mal que me sentía, he ido a la leche después de mandar el mensaje a Vic, esta vez se me hizo tan largo el camino como pocas veces se me ha hecho, y digamos que todo iba bien hasta que regresé y me topé con visitas en el patio, como ayer metieron un coche, hoy tu primo Juan e hijo estaban tratando de sacarlo, solo que no estaban solos, con ellos también estaba el vecino Eduardo, ese que primero me hablaba bien y luego comenzó a hablar de mí, como un cobarde, por no decir otra cosa.

Pero bueno, volviendo al tema, creo se dio cuenta que hizo mal al entrar pues todos ahí se chivearon con mi presencia, el que rompió la tensión fue Lalo pues me preguntó si tenia la llave del candado, al intentar abrir me di cuenta que ya no era el de antes, así que una cosa más que debo atender, es decir: Pedirle a tu hermana la llave para sacar copia y actualizar los llaveros de la casa.

Más tarde, cuando llega Cecilia con Juan y Lalo, le hago una señal y le comento lo que pasó antes, ella solo movió la cabeza, luego me comentó que iba a ir al médico a revisión, por supuesto me he ofrecido a acompañarla, pero me dice que se turnan sus hijos para hacerlo, agradece y se va mientras me subo a la casa, me cambio y recuesto en el sofá con una cobija.

No se cuantas veces me quedé dormida pues me despertaba con los ruidos de la calle o para ir al baño, aunque apenas me recostaba y me quedaba dormida.

Por la noche me he dado un buen baño, solo que el agua estaba un poco fría, así que es un pendiente más el decirle a tu hermana que lo cambie, finalmente por eso pago renta, no crees?

Hasta aquí digamos que todo iba bien, hasta que comencé a guardar lo que use en la ofrenda y ordené los platos limpios en la alacena, ahí, de la nada, se me resbaló el tequilero que usaba para ponerte un poco de mezcal, y no se como Alex, pero se hizo añicos, por suerte traía puesta mis babuchas, pero me dolió que se haya roto, ni siquiera me di cuenta como se resbaló, todo por colocar un plato en su lugar, que mal.

Me voy a la cama en cuanto termine de escribirte Alex, de verdad que me siento un poco mejor, pero muy cansada, espero mañana amanezca mejor pues debo ya ir a trabajar, así que termino el día pensando tanto en ti… TE AMO.

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