14 de abril de 2019

Un pescado sin sabor

Domingo de hacer deberes en casa, así que me he levantado un poco temprano, no porque quisiera, sino más bien por el calor que ha estado haciendo, y comencé a juntar la ropa, sin planearlo tuve que poner 3 lavadoras, entre las cobijas que me animé a lavar y mi ropa sucia pues terminé distribuyéndolas así.

La mayoría de la ropa limpia la he tendido con forme iba quitando las cobijas, es lo único bueno del sol, que en cuanto las tiendo, pasan unos 30 minutos y ya puedo quitar la ropa seca, y hasta caliente Alex, así que me ha sido fácil doblarla y acomodarla donde deben ir, las playeras de plano parecen planchadas.

Como ayer me hablo el Ing. Harper, hoy he ido a verlo pues tenía bastantes cosas que contarme, al final creo que me he vuelto su confidente, no sé, pero creo que soy de las pocas personas que se sienta a escuchar sus historias, por suerte no me cuenta la misma una y otra vez, si no que martirio Alex.

Y todo iba bien, solo que el pescado que me ha invitado a comer no sabía a nada, y eso que pregonan por redes sociales y hasta comerciales, que el menú en Vips es mejor, puedo asegurar que no lo es, aunque si han subido los precios, pero el sabor no, además la chica que nos atendió andaba en otro mundo, con decirte que le pedí sopa de fideos y me trajo consomé.

Entre otras cosas, hemos hablado de la situación con su hermano, apenas se siente bien y sale a trabajar sin importarle su salud, y vaya que se ha visto grave, por lo que me cuenta su leucemia lo tiene en jaque, eso sin contar otras molestias, pero bueno, no hay mucho por hacer, es ahí donde confirmo lo que tu mamá siempre decía: “Mientras más viejo más pendejo”.

Mientras volvía a casa he recibido 2 llamadas de mamá, de plano hoy si me he molestado con ella pues al responderle y preguntarle que le pasaba solo me decía: “Donde andas?”, de plano quiere controlar todo lo que hago Alex, si no es control es saber dónde ando, que al final es lo mismo, no puedo salir de casa porque ya anda llamándome, está peor que una madre judía, así que le digo, de la mejor manera, que le baje a su preocupación y control, y como siempre termina diciéndome: “Discúlpame hija”, en ese tono que tanto me molesta.

Así que bueno Alex, a preparar las cosas para mañana.

Alex… me haces falta… ven ya por mi… TE AMO.

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