Cambio del traje de baño

Finalmente me anime y hoy he ido a cambiar el traje de baño, para lo cual me ha acompañado Margarita, en cuanto llego le dije si me acompañaba, total Alex, mientras más personas pues menos se podían negar, por suerte cuando llegamos nos atendieron de volada, el chico reviso el traje de baño y me dijo que solo había esa talla, así que terminé comprando otro, el de las típicas rayas blancas que casi todo el mundo lleva en la alberca.

Me mostraron dos tallas y terminé comprando uno mediano, aunque parecía más chico que nada, ni hablar, pero el otro que compré con el tiempo se fue aflojando, así que estoy casi segura que le pasará lo mismo a este, prefiero ponerme un traje justo a uno que me quede todo flojo, si de por si no me gusta caminar y que se mueva todo como gelatina, así que bueno, creo que fue un buen cambio.

Solo que, al ponérmelo en casa me queda justo, y al nadar se me va bajando un poco, pero nada que muestre de más, sinceramente lo prefiero así Alex, estoy segura que me dirías lo bien que me queda ese traje, en comparación con el otro, lástima porque si me gustaba y hasta combinaba con mi gorro, ni hablar.

Además de que se baja un poco a la altura del pecho, la tela blanca que tiene como forro termina subiéndose un poco, pero como bien dice la gemela, nada que una puntada no solucione, así que solo me queda buscar el lugar exacto para ponerla y listo.

Me gustan los días así Alex, porque me siento tranquila, aunque siempre te extraño, confieso que hay días, como hoy, en los que me concentro más en las charlas y me sorprendo a mí misma no buscándote entre la gente, hoy ha sido uno de esos días, en los que la charla de la gemela me ha distraído bastante, me concentré en su historia mientras caminábamos a casa, que sin pensarlo ya estábamos por llegar a la plaza maldita.

Que te digo del día laboral, se ha ido como agua, más por el tiempo que invertimos en ir a cambiar el traje de baño, afortunadamente no se pusieron pesados por ser una prenda casi íntima, solo tuve que pagar 10 pesos de diferencia y listo, otro traje más para alternar con el que tengo en casa, solo queda comprar un par de gogles más y una gorra, lo demás está cubierto Alex.

Sin embargo, al entrar en casa me he sentido sola, te extraño tanto… ven por mi Alex… TE AMO.