26 de abril de 2019

Un mal entendido

Vaya día que he tenido Alex, una de las cosas que realmente me molesta es que me digan que he sido irrespetuosa por un comentario en el cual generalicé y que no es tan grave como pensé, simplemente le dije a Miguel que los adolescentes de ahora son muy flojos, y zaz, que explota y me dice que no puedo decir eso de los hijos de los demás, al final me entero que su hijo es un chico especial, aunque no sé qué tan especial sea.

Solo me dijo que tiene autismo, pero sabemos que va por grados, y bueno no me especificó que grado, y por más que traté de disculparme y hacerle ver el porqué de mi comentario, simplemente lo ha tomado por el peor camino.

Hasta le pregunté a Belén y a David para saber si en verdad había metido la pata, ambos me dijeron que no, pero ha sido la opinión de Belén la que me hizo pensar muchas cosas, ella me hizo ver que no fue un comentario mal intencionado ni hiriente, sin embargo la actitud de él demuestra lo mal que lo ha pasado, en todos los aspectos y que quizá hasta se siente culpable de la situación.

Algo que yo no había pensado, pero que me dejó con un mal sabor a boca, sin embargo me animé a escribirle un correo y bueno, como bien dice David, esperar a que lo lea y bueno, ya no puedo hacer más, tampoco es que me vaya a arrastrar por su amistad, que en lo personal no ha contribuido a nada en los últimos años, pero es una de mis metas en estos días, retomar los “amigos” que deje en el camino.

Ya en casa, he ido con el ahijado y Cecilia a las flores, solo que me extraña la cara que puso el chico cuando le dije que nos íbamos en metro, hasta su mamá hizo un gesto, pero bueno, así le hemos hecho Cecilia y yo las últimas veces que hemos ido juntas.

Compramos las flores y volvimos a casa sin problemas, solo que dudo mucho que Cecilia me vaya a devolver el dinero que le presté, con eso de que ya casi no vamos a llevar flores juntas, pero bueno, por lo pronto hemos ido y vuelto sin problemas, ojalá siempre fuera así.

Termino el día deseando que estuvieras acá, deseando tanto tener una de esas charlas que solíamos tener mientras tomábamos café, y bueno, reflejarme en esos hermosos ojos negros que tanto me gustan.

Alex… ven por mi… no puedo más… TE AMO.

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