7 de abril de 2018

Un pantalón roto

No he dormido bien Alex, como bien has de saber, cada vez que estoy un poco tranquila surge algo que lo cambia, si no es un problema con Carmen es con mamá, o en el trabajo, pero esta vez ha sido el incremento a la renta, odio tanto estar así Alex.

Pero como bien he aprendido que la vida continua pese a que te hayas ido, me he levantado de la cama y me preparé para irme a casa de mamá, lo malo es que al tratar de subiré al pesero sentí como se desgarraba el pantalón de la pierna izquierda, por fortuna llevaba puesta un chalequito negro bastante largo, aunque si me resultó incomoda la situación en el tiempo que traje puesto ese pantalón.

Como mamá necesitaba algunas cosas del super, he ido con ella, aprovechó en comprar bastantes cosas, entre ellas sus famosas galletas y elotes, afortunadamente no tuvimos problemas en que nos recibieran la tarjeta, después hemos ido al rodante donde encontramos unas ricas uvas a buen precio, espero que no se echen a perder rápido pues el clima ha estado muy loco Alex, a veces con bastante sol y de la nada comienza a llover.

Por la tarde he ido con tu hermana a llevar las flores, casi no hemos charlado y he preferido guardar silencio cuando ella se puso a chismear con la señora del panteón, le ha dicho que Andrea le menciono que ella no tiene intenciones de casarse y que estaba pensando en vivir en unión libre, te suena esa historia Alex?

La que estuvo muy interesada en saber lo que iba a hablar Cecilia con su hija ha sido la esposa de su hijo, quien le trató de influenciar en la decisión de Cecilia, cosa que a ella le molestó bastante por lo que me di cuenta y en la forma en que charlaba con la señora, así que preferí no mencionar nada, como bien dijimos ayer, ni ella se mete en mis asuntos ni yo en los de ella, así llevamos la fiesta en paz, aunque aun me molesta el que me haya subido la renta, espero no quiera hacerlo año tras año.

Ya en casa me he dado un baño rápido y cambiado de ropa para ir a ver al Ing Harper, hoy le he ayudado con sus compras, aunque en un momento le ha salido lo codo, solo me reí y continuamos seleccionando productos que le hacían falta, algunos se los he recomendado, otros no tanto.

Regreso a casa muy cansada, con sueño y triste.

Alex… ven ya por mi… no puedo más… TE AMO.

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