15 de abril de 2018

85 Meses y unos tapones

Aunque pude haber ido a andar un rato en bici, preferí quedarme en casa, desayunar algo y esperar para irme a la San Felipe a una hora adecuada, y así hice Alex, hasta pensé en llevarme al ahijado para no irme sola, como mamá tanto me dijo que hiciera: “No vayas sola”. Así que pasé a su casa, pero no lo encontré, según me dijo Lupita, tenían 5 minutos de haberse ido al mercado, así que mi primer impulso fue alcanzarlos y esperar a que terminaran de desayunar, pero no los encontré, ni de camino, mucho menos en el mercado, quien sabe a dónde fueron.

Así que me fui yo sola, eso si Alex, esperé a medio día para recorrer el mayor número de puestos, me subí al metrobus y recorrí la misma ruta que hice hace meses con Perla, me bajé en la estación y caminé bastantes cuadras antes de llegar al mega rodante.

Ya ahí comencé a preguntar por los tapones, extrañamente los encontré en los primeros puestos pero no eran del mismo color, así que seguí caminando y caminando, siempre atenta a mi entorno y preguntando, en un puesto me los querían vender como originales pero eran más falsos que un billete de 30 pesos, así que seguí caminando hasta dar con un puesto donde estaba un chico, de unos dientes tan blancos y bonitos que me dio envidia, charlamos un poco y me los consiguió, como llevaba la muestra puede compararlos y me sorprendí pues eran los mismos.

El único pero que les encontré fue que estaban un poco rayados, así que me agarré de ahí y pude conseguirles un buen precio. Y como ya estaba más tranquila decidí seguir caminando, chatareando como solíamos hacer, pensé en encontrarme la pieza del extractor de jugos que mamá perdió, no la encontré, pero lo que si fue la pasta que usa para sus dientes y además las almohadas de las que tanto he estado pensando en comprar, un poco más baratas que las otras pero cuando llegue con un señor, este me hizo algunas pruebas y me convenció, solo que no tenía las que yo quiero además de que no llevaba dinero suficiente Alex.

Así que seguí caminando hasta que comenzaron a dolerme los pies, por lo que di media vuelta y volví, tratando de irme por otros lados para recorrer más, hasta que di con el mismo camino de regreso a casa, ahí compré las pomadas de mamá y me vine a casa.

Ya en casa comencé a lavar y le comenté un poco a mamá por teléfono, una llamada corta pues desde ayer no tengo servicio de telefonía ni internet, puedes creerlo?

Termino el día cansada, pero de alguna manera tranquila por haber encontrado los tapones y las almohadas, aunque estas últimas deberé comprarlas en otra ocasión.

Alex… me haces muchísima falta… ven ya por mi… TE AMO.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario