8 de abril de 2018

Conociendo Santiago de Anaya

Pese a que no salí a andar en bici, me he despertado temprano y por un momento pensé en cancelar los planes con Belén, mandarle un mensaje y simplemente decirle que me sentía mal, solo que mientras lo pensaba recibí un mensaje de ella preguntándome a que hora nos veríamos y como me dio pena terminé aceptando ir con ellos, así que nos hemos puesto de acuerdo para vernos y me he ido a la casa de Belén pues quedaba más cerca irnos desde allá que ellos pasaran por mí a alguna estación del metro.

Por más que me apure terminé llegando a su casa por ahí de las 10 de la mañana, saludé a todos muy apenada por la hora, aunque al final hemos salido mucho más tarde, al principio iríamos con sus papás, pero terminamos yendo solo los tres y como Belén se iba a dormir me he ido en la parte adelante del coche con David.

El recorrido ha sido bastante largo, hemos ido a Santiago de Anaya, allá por donde da vuelta el aire, con decirte que hasta pasamos por uno de los tantos proyectos que solía ir con Vic, a esa gasera que fuimos tantas veces y donde la oficial se me paró en las botas para corroborar que tuvieran casquillo, pero bueno. Al llegar dimos una vuelta para ver lo que podíamos comer, solo que al llegar tarde pues ya no había mucho de donde escoger, así que me quedé con las ganas de probar la ardilla, el armadillo, jabalí y demás proteína que ofrecían los puestos, solo medio probé un pedazo de coyote, que me supo más a cordero que otra cosa.

Lo malo ha sido que he descubierto una nueva alergia Alex, mientras probaba los escamoles he sentido la lengua un poco extraña, al igual que la garganta, ni hablar, estoy segura de que mi padre se habría reído mucho de mí por eso, creo recordar que mamá me dijo que él comía mucha comida de ese tipo, por suerte solo ha sido poco y la reacción disminuyó con forme pasaba el tiempo.

Comí bastante, aunque no al grado de vomitar y compré un poco de mermelada, aproveché para comprarle a David, a mi mamá y para mí, sobre todo para agradecerle un poco a David el que haya pagado algunas cosas, además les di un poco de dinero para la gasolina, y justo ahí me acordé de David el alemán, con lo que le gustaba salir con nosotros, pero poco daba para la gasolina, buenos momentos.

Ya en casa le he contado a mamá de la alergia, pero como siempre, lo ha tomado tan alarmantemente mal que por momentos me desesperó, a veces creo que solo escucha lo que le conviene pues, aunque le repetí N veces que estaba bien me estuvo llamando para corroborarlo.

Termino el día lavando la ropa, aunque me siento cansada prefiero hacerlo ahora y no entre semana. Un día más que me hiciste tanta falta Alex, hoy he aprovechado para darle a David un poco de nuestra colección de anime, me dolió como no tienes idea, pero no me queda de otra, hemos quedado de volver el próximo año para probar comida "exótica" aunque preferiría ya estar contigo.

Alex… ven ya por mi… TE AMO.

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