25 de diciembre de 2017

Vomitando

Pensé que era una buena idea venir a la casa de mi tía para pasar este día, pensé que haber charlado ayer mejorarían las cosas, pensé que haber dormido en una cama sola y bien abrigada era una buena idea, pero lo que no pensé es que el haber comido mucho me llevaría a amanecer con malestar estomacal.

He sido la última en levantarse de la cama, aun y cuando no creo haber sido la ultima en despertar, así que salí de la cama, me vestí, tendí la cama y revisé el cuarto para no dejar ninguna de las pocas pertenencias que llevé, y bajé las escaleras, me he encontrado a Claudia, su mamá y la mía en la cocina, me ofrecieron desayunar pero el apenas mirar la comida me hizo sentir dolor estomacal, así que solo he bebido un té de manzanilla.

Antes de irnos he pasado al baño varias veces, en una de tantas hasta traté de vomitar sin éxito, creo que el estómago quería sentir un poco de movimiento pues apenas salimos de su casa y justo, al llegar a la esquina, les dije que quería vomitar, me acerque a un coche y lo hice, vomité la cena, comida y si hubiera desayunado también habría salido, he vomitado todo lo que comí ayer Alex, vaya que saqué todo lo que traía en el estómago.

Por suerte había una tienda y pude comprar una sal de uvas y una botella de agua, aunque solo use el agua para enjuagarme la boca y beber un poco, de ahí nos pusimos en camino a la casa de mamá, afortunadamente me ha dejado sentarme a la orilla, cerca de la ventana para que me diera un poco de aire.

No se cuanto tiempo tardamos pero si se que me he quedado dormida en gran parte del trayecto, me desperté en la escuela a la que solía ir, lo demás fue bajar del pesero, cruzar un puente que mamá no quería cruzar por sus estúpidos nervios , tomar un taxi, dejar a mamá en su casa y volver a casa, al menos ese era el plan, pero como siempre mamá me ha sacado de mis casillas tratando “de ayudar”, pero empeoró las cosas.

Tal parece que TODO lo que hablamos ayer le entró por un oído y salió por el otro, hizo lo que quiso y trato de imponer sus ideas, así que me puse firme y le dije que me dejara en paz, que en serio me sentía mal y no empeorara las cosas. Me fui de ahí en un taxi, luego un pesero y de ahí el metrobus a la casa, solo le hablé para decirle que había llegado bien, me recosté y dormí por muchas horas.

Solo que antes hice una parada al centro comercial para comprar un jugo de manzana, tenia tanto antojo de beberlo que me importo poco el dolor de cabeza, el malestar de cuerpo y las ganas de dormir, compre el jugo, unas gelatinas y los flanes que me gustan.

No sé cuántas horas dormí, pero desperté mucho mejor, hablé con mamá y de nuevo traté de hacerle entender que no siempre sus ideas son buenas, que debe respetar mis decisiones, aunque sinceramente esto durará solo unos días.

Si mañana me siento mal no voy a trabajar.

Alex… ven ya por mi… TE AMO.

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