28 de octubre de 2017

El suburbano

Hoy he tenido sentimientos encontrados Alex, desde hace unos días Belén me invitó a la inauguración de unos departamentos que está por rentar, solo que para llegar debía tomar el suburbano, por lo que, después de pensar mucho tiempo una excusa para no ir, así que me animé a ir y fui, solo que antes estuve con mamá hasta casi las 2 de la tarde, ahí le comenté que me tenía que ir “temprano” pues iba a salir con David y su novia.

Por supuesto hizo su cara, y estuvo haciéndome algunas preguntas que, por supuesto no respondí, así que se tuvo que quedar con la duda y aunque trató de chantajearme no cedí Alex, además no me gusta estar contándole todo lo que hago, odio eso. Sigo pensando en que mientras menos sepa la gente de lo que hago mejor, aunque sea mi mamá.

Apenas llegue y puse mi celular a cargar mientras me bañaba y preparaba todo para irme, lo único fue que no le di mucho tiempo y solo cargo el 50%, así tuve que irme hacia el metrobus, comencé a preocuparme cuando la pila iba a menos de 30% pues Belén y David me mandaron la forma de llegar, por supuesto la de David fue más “practica” pues me dijo que pusiera el gps del celular para ubicarme, afortunadamente Belén me fue guiando durante todo el trayecto.

Lo que más me dolió fue cuando subí al suburbano, uno de los tantos “paseos” que teníamos pendientes Alex, subirme sin tenerte a mi lado fue duro, me ha dolido bastante, contuve las lágrimas como pude solo que no dejaba de pensarte a cada momento, imaginar los comentarios que hubiéramos tenido al recorrer cada estación, al llegar a la zona industrial, los contenedores, el tren, tantas cosas Alex que me hubieran gustado comentar contigo, solo que esta vez me conformé con pensarte, escuchar música mientras veía el paisaje.

Cuando llegue a la estación de lechería me desoriente por culpa de David, ya que me dijo que caminara hacia la izquierda cuando viera una bodega, cuando en realidad debí ir a la derecha y buscar las escaleras eléctricas, ahí compre un boleto de camión que me llevara a Coyotepec, lugar donde ya me estaba esperando Belén, no tienes idea cuando me encontré con ella y su enorme sonrisa al bajar del autobús, por suerte la señora que iba sentada a mi lado me dijo donde bajar, sin dejar de mencionar al chofer del camión quien también me dijo que ya era tiempo de bajar.

Ahí tomamos un taxi para ir al terreno donde contrajeron unos departamentos, bastante pequeños para m i gusto, pero bueno, subimos a la azotea y ahí comimos arroz, nopales, un rico consomé y barbacoa, todo muy rico, tiempo después me enteré de que todo eso fue preparado por ella y su mamá a excepción de la barbacoa.

Tanto la familia de Belén como de David me recibieron bien, en ningún momento me hicieron sentir extraña, aunque sigo sin entender porque dicen que los papás son de carácter difícil, se me hicieron un poco serios pero muy amigables, quizá sea porque los hombres de la familia son más extraños y sobre todo extremos, quien sabe.

Afortunadamente pude quedarme en la casa de Belén para dormir, ahí traté de ser un poco acomedida, como bien dice mamá: “una persona acomedida cabe en cualquier lado”, espero haber causado una buena impresión y me inviten para futuras fiestas.

Aunque ya tarde no puedo dormir bien Alex, hay mucho ruido, si no son las gallinas, los perros y hasta los becerros que parece tienen concierto, sin embargo, me siento tranquila, el único problema es que Corleone no vino conmigo y me siento sola, me hacen falta tanto.

Alex… ven ya por mi… TE AMO.

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