14 de junio de 2017

El masaje de hombros

Me ha costado trabajo levantarme de la cama Alex, comienzo a desear que sea jueves y pueda llegar tarde a la oficina, pero es miércoles y he tenido que juntar todas mis fuerzas para levantarme, creo que lo he hecho más por tener que quitar el cerrojo de abajo que las ganas de ir a trabajar, afortunadamente todo cambia después de bañarme.

Hoy me he helado de nuevo cuando vi subir a Vic, traía puesta tu playera azul cielo, la reconocí apenas noté el color, y sabes Alex, le queda bastante bien, aunque no como a ti. Ha sido difícil verlo, pero al darle tus playeras sabía que esto iba a ocurrir, de nuevo me he quedado helada cada vez que lo veía, era como tratar de verte en esa playera sin que me lo propusiera, a veces pude verte en ellas, pero Alex, es tan difícil y a la vez me alegra que se la ponga.

Lo más fuerte ha sido cuando Margarita le dijo que se veía muy delgado y él, ni perezoso, se puso a modelar, mi único comentario ha sido que se debía a tu playera, el simplemente dijo: “Don Alex me la dio”, sentí bonito y a la vez me invadió una profunda tristeza.

El resto del día, en la oficina, se me ha ido rápido, aunque se detenía cada vez que veía pasar a Vic, por suerte no han sido tantas veces, así que pude medio concentrarme en hacer lagunas cosas, el truco de tallarme los ojos pues, ya comienza a no ser suficiente, creo que Margarita se está comenzando a dar cuenta de que no es por cansancio o por tener algo en los ojos, pero bueno.

Antes de llegar a casa me ha llovido Alex, solo que no pude llegar directamente a la casa pues traía puestos el par de tenis que compré el año pasado, apenas me los puse y llueve, creo que he tenido mala suerte, aunque estos días no ayudan del todo.

Me he concentrado en el gimnasio y tratar de sacar la rutina lo más rápido posible, reconozco que hice un poco de trampa con las dichosas “exhaustivas”, todo lo demás ha sido tal cual me indico Joel, solo que cuando trató de sincerarse conmigo en unas cosas del gimnasio preferí irme, eso de que se quejen de sus jefes pues me aburre, en fin.

Sabes Alex, me ha gustado cuando me dio un pequeño masaje en los hombros y la espalda, me hicieron pensar en tus manos y por un segundo creo que te sentí, ha sido una sensación tan agradable, el sentir que alguien se preocupe por mí, aunque fuera por unos segundos, aunque al termino volví a sentirme sola, triste y sabes realmente me haces falta.

Alex… duele estar así… no puedo más… ven ya por mí… TE AMO.

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