17 de junio de 2017

El colchón nuevo

Y comenzó un día difícil Alex, me he levantado temprano, la última vez que me levantaría de ese colchón Alex, suspiré y me vestí para irme a casa de mamá, agarre la bolsa para meter las bolsas de la leche, los embaces vacíos y hasta la pequeña bolsa de la basura, salí de la casa sin mirar más y me puse en camino. Últimamente me encuentro mucho tráfico así que he llegado poco después de lo planeado.

Lo primero que hicimos ha sido ir al centro comercial donde solo íbamos por unas cosas y terminamos con su cochecito lleno de botellas de suavizante, ya sabrás que he aprovechado la oferta y terminé gastando dinero que no quería, pero bueno, la oferta estuvo buena, así que por lo menos este año ya no me preocuparé en comprar suavizante para la ropa.

De camino a su casa compramos tortillas en el lugar donde las hacen delgadas y no se echan a perder tan rápido, de ahí al mercado a desayunar, donde nos hemos dado cuenta que ya no es como antes, las empanadas tienen menos pescado, el salmón ya es más pequeño, en fin. Terminamos comprando algo para llevar.

Antes de pasar a la mueblería para liquidar hemos dejado la comida en casa de mamá, sobre todo para que no se batiera o dejáramos oloroso el lugar. Pagamos el colchón y nos fuimos al mercado por la masa de mamá y un par de paletas para refrescar la tarde, una de limón para ella y de piñón para mí, muy ricas.

Y nos venimos rápido a la casa para esperar la llegada del colchón. Paso 1 hora, hora y media y nada, llamé y el encargado me dijo una excusa tan tonta que me hizo enojar, así que a la segunda llamada comencé a amenazar con cancelar el pedido pues pedí que lo llevaran a las 3, solo que la encargada puso “después”, así que ni modo.

No tardaron mucho en llegar, y subir el colchón costó trabajo, por suerte se pusieron las pilas y en menos de 1 hora ya estaba arriba el nuevo y en la base, el viejito escondido en el baño, en espera de que pasen las personas que venden chacharas o cosas viejas y ellos ya de salida, ahí mamá me hizo una señal para que les diera dinero, terminé dándoles 100 pesos por el esfuerzo.

Mamá ha sido la primera persona en estrenarlo, cuando subí ya estaba acostada diciendo que se sentía bien, cosa que me dio risa y terminé diciéndole que le tocaba el remojón, aunque también lo hice para que ella se fuera a su casa rápido pues estaba a punto de soltarme a llorar. Por fortuna lo entendió y se fue rápido, mientras esperaba su llamada de que ya llego me he dado un buen baño, subí por la colcha y sábana limpias y puse el resto de la ropa sucia a lavar.

Tendí la cama y esperé la llamada, una vez confirmada la llegada de mamá no pude más Alex, senté a llorar, llore bastante, llore por extrañarte, por lo que ese colchón arrumbado en el baño de abajo significaba Alex, colchón en el cual pasaron antas cosas, entre dormir, las charlas interminables, algunas lágrimas, las peleas, las noches que comenzaba dándote la espalda y al final terminaba acurrucada en tu pecho, las luchitas donde me dejabas ganar y por supuesto el hecho de que ahí hicimos el amor, tantas cosas Alex y ahora lo estoy sacando de la casa, pero es que ya son más de 14 años, llegué al punto de que ya no descansaba y despertaba con dolor de espalda.

Será el apego a las cosas, los recuerdos, que se yo Alex, pero me cuesta tanto.

Alex… ven por mi… duele… TE AMO.

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