3 de junio de 2015

El coche de Victor

Hemos estado muy tranquilos en la oficina, Vic anda apurado pues se va a ir unos días a Soto la Marina, para terminar algunos pendientes allá, sobre todo echarles la mano a Omar y Enrique que ya llevan semanas por esos rumbos, sinceramente espero que Enrique no termine claudicando con tanto trabajo, pero pues para eso le paga Vic lo que le paga, hasta hace unos días era la persona que más ganaba en la empresa, casi a la par de Vic, pero bueno, no se comprara la responsabilidad entre ellos.

De nuevo me la he pasado acomodando mi biblioteca digital Alex, ya casi la termino pero siempre hay algo más que revisar y organizar, me pregunto si tendré el tiempo suficiente para leer esos libros, quien sabe, con eso de mis obsesiones ya no se Alex.

Lo lindo de hoy ha sido que Margarita me regalo una torta de cochinita pibil, aprovecho para salir de la oficina y comprar algo de comer, sinceramente yo ni hambre tenía, así que terminé agradeciendo el gesto y trayéndomela a la casa.

Cuando llegue a casa me encontré a tu mamá con Cacho, en lo que estuve ahí la note bastante molesta, sobre todo por la salud de su hermano y no poder hacer nada, mientras me contaba que estaba preocupada Cacho la comunico con la hijastra de tu tío, Claudia para ser exactos, y ahí fue cuando Doña Celia se descoció Alex, comenzó a regañarla y sacarle los trapitos al sol, llegó un punto en el cual me sentí incomoda y mejor me fui de ahí.

Hasta Cecilia ha cerrado las cortinas para estar con ella, yo solo he comprado una coca-cola y dos bolsas de churritos, una de ellas se la he dado a tu mamá, pero con lo molesta que estaba solo la metió en su bolsa y siguió discutiendo, preferí irme, total no era para mí la bronca, hice la graciosa huida antes de salir embarrada.

Una vez que comí me pasé mirando televisión hasta que Cecilia me llamo para que le hiciera el favor de quitar los cerrojos pues Victor va a guardar aquí un coche, de primera instancia pensé que sería el de su esposa, vaya sorpresa al ver que ha sido el de él. Por supuesto ha sido como una puñalada en el estómago, solo sentí la bocanada de sangre y me solté a llorar, por supuesto nadie me ha visto.

Han venido a mi tantos recuerdos Alex, esperé…. Esperé y seguí esperando verte subir por las escaleras, solo el frío y el árbol se han dado cuenta de mis lágrimas.

Alex… ven por mi… TE AMO.

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