5 de abril de 2015

La bolsa morada

Hoy no he tenido ánimos para ir a la Quiroga Alex, además comienza el horario de verano, por lo que debimos adelantar una hora el despertador, así que en lugar de tener que levantarme a las 8 tuve que hacerlo a las 7, de hecho un poco menos para poder alcanzarlas.

Y que me hago pato entre las sabanas Alex, me quede dormitando un poco hasta que la conciencia me hizo levantarme y marcarle a tu mamá, para ver si estaban o no, muy dentro de mi pensé en que no las encontraría, para mi sorpresa estaban ahí, también ellas se levantaron tarde, bueno tarde para ellas.

Y querían ocupar el tiempo en ir al super y hacer comprar, sobre todo porque le dieron a la familia de Héctor lo que tenían en su despensa, así que se quedaron sin insumos, lo chistoso fue la forma en la que tu mamá me dijo que no tenían ni frijoles para comer, así que irían a la Bodega y no se a donde más.

Me quedé un poco en casa, mirando televisión hasta que me anime a vestirme e ir a la casa de mamá, más a fuerzas que nada, hubiera preferido quedarme en casa pero bueno, es uno de los pocos días que veo a mamá sin sentirme incomoda, quizá sea porque estoy en su casa, no sé bien.

Con mamá hemos ido al mercado, luego a una tienda y rematamos en un supermercado, más que nada para comprar jamón y fruta. He tenido un altercado con la gente del mercado, más que nada un vendedor pues estábamos esperando a que nos dieran el jamón cuando mamá fue a comprar otra cosa, me quedé ahí esperando, el señor pensó que no me había dado cuenta y en cuanto pudo quito el jamón de la báscula, le faltaban unos 10 o 15 gramos, por supuesto he reclamado, al final me he alejado de ahí con mi típica forma de ser déspota, como dice el dicho: “la perra es brava y le patean la puerta”.

Ya en casa me he puesto a acomodar un poco las cosas, levantar lo tirado, lavar un poco y juntar la basura, ahí fue cuando me desmoroné Alex, saque una bolsa de un costado del refrigerador, una bolsa hecha bolas, de color morado, el problema no ha sido la bolsa, más bien lo que encontré dentro. Había una pequeña tableta de las pastillas que tu solías tomar, la tuve en mis manos unos minutos, mirándola, recordando, llorando.

Por un segundo pensé en guardarla, pero para qué?

Te extraño….

Alex… ven por mi… TE AMO.

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