9 de enero de 2015

La memoria y las fresas

He pasado una mala noche, casi no he podido respirar y eso lo sé bien por el ardor en la garganta, seguramente me la he pasado respirando por ahí, lo bueno es que mamá me compro unos trapos que use como filtro, como solía hacer cuando pequeña.

Eran las 9 de la mañana cuando le mandé un mensaje a Vic para reportarme enferma, no tengo ganas de ir, además dudo mucho que pueda avanzar en algo, así que mejor me quede en casa.

Pero a las 11 de la mañana ya no sabía ni que hacer, me levanté de la cama pues las flemas no me dejaban estar bien, sentada me siento mejor, pero bueno. Pensé en ir a hacer la renovación que tengo pendiente, solo me quedan unos pocos días y no me gustaría estar pidiendo días constantemente a Vic, además no quiero que luego me regañe por eso.

Así que ordene los papeles, fui a hacer las impresiones y copias correspondientes, solo que en la tienda la chica ha roto mi memoria USB, mientras checaba el motivo por el cual no habían aplicado el subsudio en el coquito me he dado cuenta, he armado un tango Alex, vino la encargada, luego el supervisor y al final me han cambiado la memoria.

Pero tuve que pelearme un poco, querían solo pegar el plástico roto, pero eso no arreglaba nada, luego que mi memoria estaba vieja, no importaba, luego que el material con el que lo hicieron era malo, ahí fue cuando le dije que entonces le reclamaran a Sony, al final no les quedo de otra más que reponerme la memoria, me han dado una de metal, usada pero del doble de capacidad que la anterior, por supuesto la mía se la han quedado.

Y de ahí a la delegación, de camino he visto que un camión vendía unas lindas fresas y baratas, según dos kilos por 30 pesos, pero bueno, a dar prioridad en los pendientes. Ya en la delegación me han pedido un pago que aún no hago, ni hablar, a esperar que salga el subsidio para hacerlo.

Lo curioso ha sido que el tipo me reconoció y el trato ha sido más cordial que anteriormente, imagínate Alex, ha dicho que vaya el martes con todos los papeles y me ayudará con el trámite, puedes creerlo?, por supuesto que voy a aprovecharlo, a quien le dan pan que llore.

Al salir pensé en ir al centro por el libro que encargue, me mandaron un correo y hasta hablaron al telefonito para decirte que ya lo tenían y tengo hasta el fin 14 para ir, como tenía tiempo aproveché para ir, lo bueno es que encontré lugar para sentarme pero se me ha hecho interminable el camino.

Me lo dieron sin problema, era el que estaba buscando, pero eso de que te manden de aquí para allá me molestó, aunque seguramente es por lo mal que me siento, tengo ya la nariz roja de tanto limpiarme.

De regreso me vine de nuevo en el trolebús, fui a la parada y tuve que esperar bastante, cuando pensé que la gente se estaba metiendo en la fila una señora comenzó a quejarse y estar al pendiente de todas las personas que pasaban, así que deje de prestar atención.

Ya de regreso me he venido un poco más cómoda, me he sentado en los asientos de hasta atrás y casi en la ventana, solo porque un par de viejitos me ganaron, de lo contrario agandallo el lugar Alex.

Y ha sido en el trayecto que pensé en volver al camión de fresas y comprar los dichosos dos kilos, para mi sorpresa ya no había de 30 pesos, ahora costaban 40 pesos pero eran las más grandes, las que suelen poner de presentación, al final termine comprando las fresas pero cuando me las dieron reclame, no creo que pasen de kilo y medio, pero están lindas por lo que las terminé comprando, además en el centro comercial están mucho más caras.

Y me vine a casa, de nuevo me siento mal, creo que no fue bueno que saliera, espero poder descansar este fin de semana, afortunadamente no tocan flores hoy. Hoy solo le he llamado a Cecilia para decirte que estaba ya en la casa.

Alex… ven por mi…. no me siento bien… te espero… TE AMO.

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