28 de septiembre de 2014

Mamá y Emita

Es curioso Alex, hoy he ido con tu mamá y hermana a la Quiroga, después de misa compramos algunas cosas con la Maruca, se me antojaron unas hiervas que ya tiene preparadas, además de plátanos dominicos es lo único que he comprado.

Como siempre, tu mamá ha traído varias cosas, sobre todo fruta y verduras además de los acostumbrados aguacates, con decirte que hasta ha llevado para Blanca.

Después de dejarlas me he ido a casa de mamá, casi no hemos hecho mucho, solo algunas compras y volvimos a su casa, ahí fue cuando nos pusimos a charlar de la gente que ha vivido en ese lugar, nos hemos acordado de Emita, la vecina a la que mamá visitaba mucho cuando éramos pequeñas.

Aunque aún no puedo entender cómo es que Carmen se aprovechaba de ella, imagínate que la hacía ir todos los días a su casa para lavar los trastes y solo le pagaba 50 pesos además de que cuando Emita le venía la leche la hacía llevárselas hasta el departamento, cosa que me molestó mucho, como es que hacía que una persona de más de 70 años cargara la caja de leche.

Estoy segura que yo no hubiera hecho eso, de menos me habría llevado yo la caja, pero bueno, de nuevo se manifiestan las grandes diferencias entre Carmen y yo, que nos hizo ser tan diferentes Alex?

Mamá me contó una historia que me puso triste y sinceramente ni la recuerdo, me dijo que cuando éramos pequeñas ella nos había prometido llevarnos a comer a algún lado cuando recibiera su quincena, en ese tiempo aún se las daban en efectivo, pero al salir del metro le arrebataron su bolsa, por lo que volvió a casa sin nada.

Se había quedado sin sus pertenencias y el dinero de la quincena, como sabía que la estábamos esperando paso con Emita, charlo con ella un poco, por miedo a llegar a casa y enfrentarse a dos niñas con hambre se quedó con ella. Amablemente Emita le invitó a comer calabacitas con elotes, sin carne pues tampoco tenía mucho dinero.

Mamá le dijo que no tenía mucha hambre, por supuesto una mentira, y le dijo que se lo llevaría a casa, Emita amablemente le puso un poco más de comida para “las niñas”, o sea nosotras. Y así fue como comimos ese día, al otro día mamá pidió dinero prestado en su trabajo.

Al final me he quedado con un sabor amargo en la boca, de verdad que tuvimos una niñez muy difícil y mamá paso la peor parte. Y soy yo la que me quejo Alex, tan inconforme soy?

Por la tarde no hago casi nada fuera de lo normal, solo medio limpiar las flores de mala hierba, termino con un dedo lleno de espinas pequeñitas, dolió mucho.

Te extraño mucho Alex… me hacen falta tus besos, tus palabras… tus abrazos…. Alex… ven ya por mi… TE AMO.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario