22 de septiembre de 2014

La gallina con mole

Es extraño tener un lunes de tranquilidad, aunque he de decirte que hemos estado viboreando a Enrique, aunque siendo sincera la persona que comienza con la carrilla es Pedro, creo que prefiere más desviar la atención hacia los demás que tenerla encima, me he dado cuenta sobre todo cuando Vic le hecha una que otra bromita, casi nunca se las contesta.

Al final de cuenta me dicen todos que debo tenerle más paciencia a Enrique, pero es bastante difícil de tratar, cuando se cierra como ostra es difícil sacarlo de ahí, su frasecita de: “Entiendeme” me desespera mucho, yo suelo contraatacar con la de: “Haber Enrique”. Otra frase castrosa.

Vuelvo a casa tranquila, aunque con lluvia, hice un poco más de tiempo pero tranquilo, justo cuando pase a ver a tu mamá me sorprende cuando dice que me espere para que me den un taco (una pierna de gallina con mole), bastante rico pero deberé guardarlo en el refrigerador pues tengo bastante comida de mamá.

Además todo parece indicar que la semana que entra nos vamos a ir a Puebla, así que espero puedas darme toda la paciencia que puedas para no mandar al diablo a Enrique, verdad que si me ayudas?

Por la noche, ya casi para dormir, me paso más de 30 minutos escuchando lo que mamá me dice de la familia, tantas cosas, cuantos problemas y todos quieren opinar, con decirte que entre la charla me ha hecho mención de la época en la que mi tía Martha vivió en la casa de Aragón.

Resulta que mi prima Jazmín se quedaba a dormir en mi cuarto, pero como le daba miedo a ella la foto de mi padre la volteo, cosa que me molesto demasiado en ese momento, estamos hablando de la época de los 90’s Alex, para ser exacto habrá sido en el 95, tiempo en el que yo estaba en la UP.

Pude cortar la llamada cuando casi me quedo sin pila, de lo contrario estoy segura que mamá seguiría hablando por horas, como suele hacerlo con sus hermanas. Y eso que le he dicho que no me interesa saber de la vida de los demás, pero bueno, a veces hay que ceder, cierto?

Ojalá estuvieras aquí Alex, cada día, cada noche, cada momento pienso en lo que tú harías, lo que estuvieras diciendo, lo que nos estuviéramos riendo. A veces me sorprendo hablándote, como si estuvieras conmigo en el cuarto, seguramente es mi manera de sobrellevar las cosas, sobrellevar tu ausencia Alex.

Alex… ven ya por mi… te lo ruego… no tardes… TE AMO.

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