22 de abril de 2014

Hablando de ti...

Hoy no ha sido necesario que llegara tan temprano a la oficina, pero no ha sido tan tarde Alex, eran las 8.30 cuando ya tocaba el timbre de la puerta.

Tal parece que Vic ha ido por el instructor, ya que estaban ahí los dos, charlando animadamente, hoy dos personas no han asistido al curso, uno de ellos Carlos y el otro el chico nuevo que al parecer se integra al equipo, un chico de nombre Enrique y de nacionalidad Cubana.

He bajado antes para ver que había de comer, escogí para mi bistec con una enchilada de mole, la otra opción eran albóndigas. Subí con la comida y rápidamente la hemos distribuido, quise fastidiar a Pedro dándole las albóndigas pero el ha logrado cambiárselas al hermanote, aunque finalmente creo que ambos platillos estaban ricos. Al menos eso opino el hermanote de su platillo, pero ya que le quedaba.

Solo una persona le ha pagado a Vic la comida, sinceramente yo me hice pato como los demás, además Vic aun me debe varias cosas en las que se hace pato, como el teclado y mouse que tuve que comprar para el servidor, el foco que está en la bodega, etc.

Al final del curso, cuando estaba quitando el proyector y desinstalando el programa en la maquina del instructor, que aproveche para preguntarle de ti al instructor, me dijo que si te conoció, que te dio algunos cursos, especialmente el que acabábamos de tomar, he recibido algunos buenos comentarios de parte de él hacia ti Alex, aunque al final me ha preguntado algo que me hizo sentir incomoda: “Y tuvieron hijos?”

Me he volteado y discretamente le dije que no, creo que entendió su falta de tacto y dejo de charlar conmigo para irse con Vic y charlar de otras cosas.

Escuchar la buena opinión que la gente tiene de ti me hace sentirme orgullosa, aunque después viene el efecto de vacío que dura días dentro de mi pecho. Esta vez contuve lo mejor que pude las lagrimas, no llore, pero si se me hizo un nudo en la garganta.

Y luego comenzamos a charlar Pedro, Vic y yo, cuando le explicaba Vic lo que esperaba de él, Pedro soltó otra pregunta incomoda: “Cual sería mi participación en el equipo?” Por supuesto he recordado la frase que alguna vez dijiste en Siemens cuando alguien preguntó lo mismo: “Que vaya por las cocas”, cosa que me hizo sonreír y descontrolo a Pedro.

Vic le explico a grandes rasgos lo que yo voy a hacer, prácticamente lo mismo pero con más responsabilidad y además me abocaré mas a la parte administrativa, cosa que por el momento dejo callado a Pedro.

Vuelvo a casa, a otro día mas de rosarios, lo mismo de siempre, aunque de nuevo me he puesto a leer, casi nadie lo nota, solo Eliza quien se acerca para ver que hago.

Triste, muy triste en casa, solo he esperado la llamada de mamá para soltarme a llorar.

Te extraño y necesito tanto Alex.

Alex… ven por mí… TE AMO.

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