13 de mayo de 2012

Las llamadas y los colibríes

No se a que hora me dormí pero se que no fue temprano, quizá hayan sido las 3 o 4 de la mañana Alex. Justo a las 9.30 am llamó tu mamá, no tenia ganas de hablar con alguien e imaginando que quería salir con nosotras no contesté el teléfono, a las 12 de la tarde volvió a llamar pero no contesté.

Sin muchas ganas me levanté de la cama, cuando estaba a punto de comer algo volvió a sonar el teléfono, esta vez pensé que era mi mamá pero nuevamente era doña Celia, sus llamadas han sido porque la señora del rodante le ha traído a mi mamá su preciada nata, pensó en traerla pero decidió mejor llamar. Así que me puse un pantalón, una playera, los tenis y fui al rodante, no tenía pensado comprar nada en especial solo la nata de mi mamá, pero al llegar la señora me dijo que ya la había vendido pues no llegamos temprano y pensó que ya no iríamos, no me quedo más que comprar unos pocos capulines Alex.

De regreso a la casa pase al supermercado, tenía algunas cosas pendientes de comprar, pensé que sería una buena idea pero al cruzar las puertas me he dado cuenta que no, por todos lados vi parejas felices. Caminé por los pasillos con la mirada clavada en el piso y tratando de no mirar a nadie. Constantemente me repetía que no debía estar ahí, duele mucho. Apenas levantaba la mirada y te imaginaba parado en todos y cada uno de los estantes, ayudándome con las compras... me ha dolido tanto Alex.

Por un segundo pensé que me desmayaría o comenzaría a llorar como tonta, no se como ni de que manera termine las compras y me fui directo a las cajas sin mirar a mi alrededor, afortunadamente solo había una persona antes de mi y salí casi corriendo del lugar, una muy mala idea Alex, muy mala.

Ya en casa, bastante triste, acomode las cosas y subí a ver a las huronas, Lucy aun respira Alex, la acaricie y le he pedido que te diga cuanto te amo y lo mucho que te extraño, parece que ha entendido mi petición pues se ha quedado quietecita mientras la acariciaba. Por favor ven por ella Alex, me duele verla así y no poder hacer nada mas que esperar a que ya no esté conmigo.

Mientras bajaba las escaleras y secaba mis lágrimas me he dado cuenta que había varios colibríes en el bebedero, por lo menos eran dos y otro más que reboloteaba cerca. Lo que ha hecho que el resto de la tarde me la pase mirando como vienen a beber el nectar que les he puesto semanas atrás. Los colibríes han traído un poco de calma a una tarde tan triste. Uno es de color café, otro de color verde y el tercero tiene una cola color roja aunque me han dicho comienzan a venir muchos mas.

Al parecer tienen su nido en el árbol que se encuentra frente a la casa, el enorme eucalipto que ha sido fiel testigo de mis noches de insomnio, continua tristeza y muchas lágrimas.

Alex... duele mucho estar sin ti... por favor no tardes en venir por mi... ya no quiero estar aquí... por favor... ven ya... TE AMO.

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