10 de mayo de 2011

Las tortas rateras

El día comenzó difícil, no quería levantarme, pero me vestí en un dos por tres, quería salir corriendo para ir a la Plaza de la computación y solucionar los pendientes que tenía con la computadora de Victor, no sé porque mi mama me irrito, la verdad no había dicho nada, así que baje las cosas y salí del lugar, le pedí que se quedara en casa, por supuesto hizo su cara. Aunque al final final pase por ella y fuimos juntas, sabes he estado muy irritable.

Caminar entre esas calles, ir a los lugares que solíamos ir me duele mucho. Lo único que termino haciendo es clavando la mirada al piso y caminar lo más rápido posible. Ya en el local, pude resolver 2 de los 3 problemas que tenía, el otro al parecer es configuración. Tendré que seguir dedicándole tiempo mañana.

De regreso le llame a tu mamá para ir al panteón, se molestó porque quería salir 1 hora más tarde y yo ya había organizado mis actividades. Al parecer entendió mis razones y fuimos de manera pacífica al panteón, como te dije muchas veces… a ella si puedo aguantarle sus caprichos, por el simple hecho de que es tu mamá, a nadie más. Este gesto seguramente me lo agradecerías y de alguna manera o de otra sé que así será siempre. Aunque eso no evitó que me dijera dos que tres cosas, sobre todo que no le gusta ir a las prisas, que si voy a hacer un favor lo haga de buena manera, pero bueno así siempre ha sido tú mamá.

Con la sombrilla que le compraste en el Costo, unas sillas y todas con buen humor, pasamos la tarde en el panteón, la visita a las 7 tumbas recuerdas?... Cecilia recordó cuanto nos gustaba andar de metiches en otras tumbas ( recuerdas como jugábamos con encontrar alguna tumba con nuestro nombre aunque ahora hay una con el tuyo a la que cada domingo le pongo flores), que dura es ahora mi realidad. Mi mamá, tu mamá y Cecilia comenzaron a hacerlo mientras yo tragaba mis lágrimas y solo podía pensarte y caminar lo más lejos de ahí.

Al final fuimos a comer a las tortas rateras, nos sentamos en la misma mesa que ocupamos la última vez, tu mamá se sentó en la silla que ocupaste en repetidas ocasiones. Una torta de pollo con zanahorias fue lo que medio comí, deje una parte para más tarde. Ver los platos de consomé, las tortas, los chiles, en general todo me hizo añorarte como no tienes una idea. Con voz cortada les comente que hacía poco tiempo que habíamos ido tu yo a ese lugar y les indique el lugar donde te habías sentado. Te imagine comiendo con nosotras un consomé de pollo, una torta de lengua y una coca-cola (quizá dos). Al salir de ahí no pude evitar comenzar a llorar, no me importo que me vieran, el dolor invadió por completo mi cuerpo y no dejaba de temblar, nuevamente clave la mirada en el piso.

Ya de regreso quise decirle Feliz día de las madres a tu mamá, pero mejor me quede callada pues seguramente me diría algo que no me gustaría, sinceramente fué mejor respetar sus sentimientos que agobiarla con un comentario inoportuno. Espero que el gesto que tuve hoy lo considere como un regalo de nuestra parte.

Sé que este día en especial, 10 de mayo, es muy difícil para ella. Imaginé lo que habríamos hecho y pense inmediátamente en comprar pasteles para cada mamá, llevárselos y quedarnos en casa tu y yo, festejando de alguna manera este día, quizá alguna cancioncita de algún “hijo”, un detalle tuyo (que me habría robado más de una sonrisa), o simplemente recostados en la cama viendo una de “mis películas” que al final de cuentas siempre te gustaban y a veces hasta nos hacian llorar.

Alex cada día el dolor es más agobiante, insoportable y crece de una manera que no sé si sea capaz de soportarlo. Te amo Alex, siempre te amaré.

Alex… cuando vendrás por mi? Es muy difícil estar sin ti.

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