14 de mayo de 2011

La cajuela

Hoy tenía que ir a sacar unas copias de tu acta de defunción ya corregida, no tuve fuerzas, por más que intentaba levantarme no pude. Alrededor de las 11:30 am llamo Victor preguntándome cómo iba y a qué hora podría pasar por las computadoras. Termine diciéndole que aún no tenían el cambio y acordamos vernos a las 12:30 en la casa para entregarlas. Aunque sabiendo los tiempos de Victor lo esperé desde esa hora y llego a las 3:30.

Como no podía moverme de la casa, mamá llego en taxi, había quedado en ir por ella a su casa después de ir a la delegación, nuevamente me vi mintiendo y diciéndole que había trabajado en algo. Afortunadamente entendió y llego rápido, comí un poco y me fui a la oficina pues Victor estaba muy interesado en que viera al chico que nos ayudará a terminar “nuestra primera” planta automatizada.

Casi llegamos al mismo tiempo, el chico (con su novia), Victor y yo. El verlos llegar en su coche me trajo buenos recuerdos y no pude evitar nuevamente clavar la mirada en el piso. Subí rápidamente y ellos nos alcanzaron unos minutos después, el escucharlos como platicaban en las escaleras fue doloroso, por más que lo intente no pude evitar imaginarme tu voz, tus risas y tus pasos.

Comenzó la junta, trate de guardar la compostura y explicar de la mejor manera el proceso de la planta. Y ya cuando comenzamos a tocar el tema de la lógica de programación se me hizo un nudo en la garganta, por supuesto Victor le pidió que la revisará y en lo que se pudiera retomar el tema hasta donde lo habías dejado, sus palabras fueron: “Por respeto al anterior Ingeniero y en la medida posible seguir desde el punto en el que lo dejo”. No sé si le haya comentado algo al respecto o no, pero mi reacción fue la de siempre, clavar la mirada en el piso. Se le explico el diagrama de flujo, el proceso, la lista de instrumentos, alarmas, la lógica que tu hiciste y las pantallas generadas. Al llegar a la correspondiente de los despachadores, contuve el aire, trague saliva y nuevamente mire al piso, se cuan orgulloso estabas de esa pantalla y cuanto te gusto al verla terminada.

La tarde en si fue dolorosa, al final nos despedimos en la entrada del edificio y cuando el chico se disponía a guardar su computadora, abrió la cajuela de su coche y fue el momento en el que no pude más y los ojos se me llenaron de lágrimas, se encontraba en las mismas condiciones que solías tener la tuya, un relajo, con casco, botas y el overol del trabajo. Me despedí de Victor y m aleje lo más rápido que pude.

Como duele estar sin ti. Cada minuto, cada instante alguno me recuerda a ti, a tu forma de ser, de quererme y de estar siempre a mi lado.

Alex, en la mañana leí un artículo publicado en Yahoo, donde dicen que el mundo quizá se termine este 21 de Mayo, aunque no sé si sea del 2011 o 2012, sea como sea, ya no puedo esperar el día de volver a estar juntos.

Duele mucho esta vida sin ti. Alex ven por mi…..

(Esta nota debió haber sido publicada el viernes 13 de Mayo)

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