6 de septiembre de 2018

Una situación incómoda

Hoy he tenido un día bastante inusual Alex, por la mañana todo ha transcurrido de manera normal, es decir, el levantarme y prepararme para ir a la oficina, esperar un poco a que baje el tráfico de gente que me encuentro en el metrobus, hasta el l legar a la oficina, saludar a Vic y comenzar la jornada laboral, podríamos decir que la mañana y gran parte del día ha transcurrido como siempre, sin ajetreos, solo darle seguimiento a la computadora de Don Jorge, la de Omar y quizá resolver algunas dudas de Margarita.

Lo bueno ha sido cuando he ido al gimnasio, hace poco comencé a charlar con Joel, de hecho, fue el quien comenzó la charla, así que hoy hemos quedado de retomar las sesiones, y hasta eso, me alegra un poco Alex pues sus rutinas son las mejores en ese gimnasio, y así se lo hice saber.

Pero lo extraño ha sido que, cuando estaba comenzando la rutina de pierna me dijo que, si podíamos hablar a solas, accedí a hablar con él en el baño de mujeres, que es el más grande del gimnasio, ahí me dijo que tratará de ponerme mejores rutinas pero que trate de ya no se tan mala onda con él, después de charlar por un rato me dijo que si me podía dar un abrazo, le dije que sí, pero sabes Alex, ha sido uno de esos abrazos que me hizo sentir muy incómoda, tengo la ligera sospecha de que quería bajar las manos hacia mi trasero, no se Alex, quizá hasta robarme un beso, quien sabe.

Lo que si no me gustó ha sido que, cuando me zafé de su abrazo y dirigirme hacia la puerta me dio una nalgadita, casi le doy un bofetadón, pero me aguanté, preferí omitir eso y no hacer un escándalo, salí como si nada del baño y continué con mi rutina, como si nada hubiera pasado.

Creo que es la última vez que toleraré algo así Alex, me hizo recordar aquella vez, hace ya muchísimos años, cuando estaba en la secundaria y en la cooperativa alguien me puso la mano en el trasero y la dejó por varios minutos, como era inexperta y hasta tonta no supe que hacer, pero si me molestó bastante y nunca supe quien fue esa persona, creo que es una parte de mi cuerpo que sigue llamando bastante la atención, lo hizo contigo y sigue pasando, más ahora que lo ejercito y está firme, no sé.

Terminando la rutina me he ido a casa, me despedí de la mejor manera y caminé a casa, por supuesto sin poder borrarme esa sensación, juro que no se volverá a repetir.

Te das cuenta cuanta falta me haces?

Alex… ven ya por mí.

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