23 de septiembre de 2018

El beso en la mano derecha

Pensé en quedarme mas tiempo en cama, pensé que eso de tener malas noches comenzaría a pasar, pero eran casi las 9 de la mañana cuando no tuve más que levantarme de la cama, no entiendo como es que me duele la espalda por pasar tantas horas acostada si antes no me sucedía, te acuerdas que tuvimos fines de semana donde nos levantábamos casi a medio día más por hambre que otra cosa, que nos pasábamos días enteros recostados y charlando, mirando televisión o simplemente dormidos, solo que ahora ya no puedo hacer eso Alex.

Me levanté y desayuné un poco, comencé a ver una serie en la televisión y me preparé para ir a entrenar, he quedado con una de las gemelas en vernos por ahí de las 11 de la mañana, un poco temprano para aprovechar el día, solo que esta vez le he ganado, y casi estaba por terminar el cardio cuando ella llegó, así que tuve bastante ventaja con respecto a ella.

Hice mi rutina con pequeñas modificaciones, sobre todo cuando me tocaba cargar de pie, total que de las 20 sentadillas en la Smith solo hacia 15 o cuando más 18 para no complicar el dolor que siento en la espalda baja, además de que me molesta un poco el nervio ciático de la pierna derecha, lo que también le comenté a Joel y me ha recomendado ponerme hielo y tomar paracetamol por 1 semana, aunque creo que será mejor cambiarlo por naproxeno.

Lo extraño ha sido que al despedirme de Joel me ha dado un tierno beso en la mano derecha, me dijo que me ayudará a tonificar de nuevo mi cuerpo y que tratemos de no chocar con nuestros caracteres, lo que me resulto un poco extraño, pero prefiero eso a como estábamos antes, sigo pensando que quizá sea otro motivo lo que orillo a que me trate diferente, pero bueno.

Ya en casa he lavado la ropa mientras veía la serie de anime, bastante chistosa y que me hizo pensar en Margarita por como dibujaron al personaje principal, de ahí solo he firmado unas hojas que los vecinos me solicitaron, por aquello de la demanda de la amante de los animales, cosa que hice y terminé el día en pijama, con la ropa limpia y seca, realmente es todo lo que hice Alex, uno de tantos días que solíamos pasar en casa acompañados y abrazándonos todo el tiempo, como extraño eso.

Alex… ven ya por mi… no tardes… TE AMO.

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