15 de septiembre de 2018

90 Meses.

Me he levantado como todos los sábados, preparé las cosas y me he ido a ver a mamá, hicimos lo de siempre, es decir, desayuné con ella, le ayudé a subir agua a su tinaco, tiré la basura y de ahí nos fuimos al rodante, solo que no encontramos al chico al que solemos comprarle fruta, sin embargo compramos algo de fruta y me vine a casa, no tan cargada como otros días, esta vez solo me traje una bolsa y desempaque todo rápidamente.

Antes de salir he limpiado y recogido un poco, espero que la señora de la limpieza venga el lunes, pero por si las dudas he dejado la casa bastante aceptable, de ahí me di un buen baño y me vestí para ir a visitar al Ing. Harper, quien ya me esperaba en su casa con rica comida japonesa, aunque más bien ha sido sushi, ha comprado bastante que hasta pude traerme un poco a casa aunque arruino un poco la tarde diciéndome que como bastante arroz y que es la forma en la que engordan a los luchadores de sumo, en fin, ideas de gente mayor.

Durante el tiempo que estuve en su casa me ha contado de nuevo lo que paso en casa de su hija, me resulta un poco incomoda la charla pues de alguna manera se vanagloria de haber enfrentado a esa cosa, quizá no haya sido tanto por valor, si no porque no le quedo de otra, en fin, pese a todo he escuchado de nuevo la historia, me ha dicho que una señora, de nombre Barbara le dijo que tiene el don de curar, lo que de alguna manera se me hace extraño, pero bueno, quizá sí, mientras tanto le hemos dado el beneficio de la duda, veamos que pasa después.

He vuelto a casa temprano, antes de que comiencen los cuetes y cosas así, afortunadamente te podido llegar sin problemas y mucho antes de que comiencen las borracheras comunes en días como hoy, pero bueno, pese a que todos celebran la Independencia, yo lloro tu ausencia Alex, hoy justamente ya son 90 meses separados.

No he podido evitar llorar mientras veía los cuetes que tronaron cerca de la iglesia, aquellos que llamábamos: “atrata gat..”, te acuerdas?, pues hoy he visto varios así Alex, cada vez que estallaba uno en el cielo derramaba una lágrima.

Espero poder conciliar un poco el sueño, con eso de que hay fiestas por todas partes, ya te imaginaras el ruido que hay, fiesta en la esquina, enfrente y a un lado, creo que no podré dormir bien.

Y mira la hora Alex, son casi las 12 de la noche y yo en el sofá mirando la televisión y comiendo chatarra, hasta me animé a comerme el sushi que traje con una coca-cola bien fría a tu salud, sin embargo no he dejado de llorarte, de extrañarte, de desear estar contigo.

Alex… ven ya por mi… TE AMO.

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