28 de febrero de 2018

Tus pastillas

No he pasado una buena noche Alex, continuamente me he estado despertando debido a la comezón en los brazos y piernas, creo que en cierto momento hasta llegué a sangrarme un poco, por lo que en cuento me desperté he ido a la caja de medicinas para buscar una pastilla contra las alergias, aquellas que alguna vez me hizo comprar Irene, solo que al revisarlas noté que tenían cortisona, por lo que las tiré inmediatamente a la basura.

Al tratar de cerrar el cajón me fue imposible, así que lo saque y vaya sorpresa, me he encontrado una caja de tus pastillas Alex, aquellas que solías tomar para la presión, o al menos eso me dijiste, por supuesto que me ha removido todo y comencé a llorar, me he sentido tan sola y triste Alex, lo único que pude hacer después fue meterme al baño y enjuagar mis lágrimas para, de nuevo y como ya es costumbre, ponerme la carteta de: “Todo está bien”.

Ya en el trabajo he tratado de pensar en otra cosa, he charlado un poco con Vic respecto a la necesidad de comprar un disco duro externo para realizar los respaldos de la empresa, además de las tarjetas de presentación que Sergio me ha pedido, afortunadamente me ha dado luz roja y he programado ir por todo el día viernes, pienso ir al mismo lugar donde compre mi disco duro portátil, aunque no compraré uno tan grande, pero si uno apto para la empresa.

Y como la comezón seguía he hablado un poco con el Ing. Harper, quien me recomendó usar ajo para mitigar el ardor, así que he ido a la tienda, acompañada de Margarita, para comprar una cabeza y restregarme un ajo en los brazos pues me ha estado dando muchísima comezón, y aunque bajo un poco terminé apestando todo el lugar, ni que decir de mis brazos, pero al menos ya no he tenido tanta ansiedad por rascarme.

Ni te digo como olía cuando fui al gimnasio, de hecho, una señora, que paso a mi lado, hizo mención de que alguien había comido mucho ajo pues olía bastante, yo me hice la que la virgen m e hablaba y solo sonreí un poco, por fortuna ya iba de salida pues llegué temprano y pude irme temprano del gimnasio. Mamá insiste en que compre las pastillas que el doctor me recetó, pero no quiero estar empastillada todo el tiempo, comienzo a pensar que no fue una buena idea el que haya cambiado de tratamiento, ni hablar, veremos qué pasa con el tiempo, no crees?

Tantas cosas Alex… me duele no tenerte a mi lado… ven ya por mi… TE AMO.

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