14 de febrero de 2016

La caida

Hoy me he levantado con muchas ganas de ir a patinar, pero extrañamente de nuevo temprano para ser domingo, eran las 8 de la mañana cuando ya estaba con los ojos abiertos, quizá porque ayer he dormido mucho, no lo sé.

Después de ir al baño he ido por la medicina del poli, comienzo a pensar que ya no me está sirviendo del todo, quizá sea momento de buscar algo más, no sé bien Alex, esperaré a la cita que tengo con el alergólogo para ver que hago.

A las 9:30 de la mañana me he levantado, me vestí y tomé las cosas para mamá, antes de ponerme en camino he pasado por el ahijado, quien feliz ha salido con su mochila y patines. Al llegar mamá nos estaba ya esperando con unas ricas hamburguesas, lo extraño ha sido que ahora he sido yo quien más ha comido.

Como no pudimos acomodar la nena como siempre nos hemos quedado en su casa, “reparé” su problema con el internet y luego ha sido el niño quien ha disfrutado más de eso, pero creo que se ha desesperado por la computadora y ha preferido mejor usar su celular.

Nos hemos regresado a casa como a la 1 de la tarde, de ahí pasamos por la tarjeta del metro bus del niño y nos fuimos directamente a la pista de patinaje. Prácticamente hemos sido los primeros, solo estaban los encargados ahí.

Ni tarde o perezoso el niño se ha puesto los patines que el maestro le ha prestado, ahora han sido mucho más parecidos a los que pienso comprarle, pero bueno. Sigo pensando que lo mejor será esperar un poco más.

Te puedo decir que todo iba bien hasta aquí, pero ha sido el “maestro” quien se ha animado a meterme a las dichosas olas. Al principio pensé que sería una buena idea hasta que en un intento he terminado golpeándome la cabeza, hasta estrellitas vi, además se me atoro el brazo en el muro y me lo he lastimado. Por suerte he caído más de lado y no ha pasado a mayores.

Lo malo ha sido que he terminado con bastante miedo y pasando más el tiempo sentada, pero si ha sido fuerte el golpe, tanto que hasta el otro maestro me dijo que lo mejor sería que fuese a ver un docto, hasta me ha ofrecido un poco de pomada, pero preferí quedarme así.

Además creo que es más el golpe que otra cosa, además de la pena pero bueno. Por supuesto he patinado un poco más pero con mucho cuidado, luego he jugado un poco con el niño pero hasta ahí, no he hecho ninguno de los ejercicios que me propusieron hacer, como el de las dichosas bailarinas.

Y me he quejado Alex, con la esperanza de que la semana que entra me repongan la clase, pero bueno, si mis cuentas no me fallan hoy es el último día de clases, así que lo demás dependerá de cómo vaya practicando y me quite el miedo.

Además nos hemos salido 1 hora antes de lo planeado, aproveche para comprar el café que Margarita me recomendó, supuestamente uno muy rico que su hermana bebe, también de Colombia.

Aunque en la tienda había gente, era más mi molestia en el hombro que otra cosa. Al llegar a la casa de la comadre nos topamos con Armando y familia. A sido a Tamara quien animamos a ir con nosotros a la pista de patinaje, ella quiere que su hija le pierda el miedo a muchas cosas, entre ellas a andar sobre ruedas, hasta he quedado en enseñarle a andar en bicicleta, puedes creerlo?

Hemos comido con ellos una rica pechuga asada con frijolitos y tortillas para finalizar con un rico pastel, aunque no he traído a casa nada. El brazo me ha dolido bastante. Espero solo sea el golpe, un buen baño y me pondré “alcohol feliz” y pomada.

Alex… no sabes cuanta falta me haces… ven ya por mi… no tardes… TE AMO.

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