23 de febrero de 2016

El pastel de César

Debido que ayer todos estábamos a la expectativa por la noticia de Enrique, se nos ha olvidado a la mayoría que fue el cumpleaños de Cesar, motivo por el cual antes de llegar a la oficina he ido a comprar su pastel. Al llegar a la tienda vi que el pastelero ponía nuevos pasteles, así que he escogido uno de muy buen ver, lleno de fruta, con la esperanza de que no solo se quedara en una tentadora vista.

Al llegar me he topado con varios compañeros, últimamente somos más en la oficina, solo que esta vez ambos Enrique’s no estaban, uno porque quizá ha ido a llevar papeles a su nuevo trabajo y el otro ni idea, aun así el clima anda medio extraño.

Toda la mañana me he enfocado en lo que debía hacer, entre continuar con el desarrollo del sistema de calidad como el dossier para el proyecto de Salamanca, aunque ahora no se bien cuando vayamos a viajar y creo que esta vez me tocará compartir cuarto con Margarita.

La tarde ha sido más fluida, hemos partido el pastel antes de irnos, y para sorpresa de todos ha estado muy rico, Margarita ha sido la ganona al tomar todo el relleno que iba quedando de las rebanadas a repartir. Toda la fruta estaba en las rebanadas.

Y ya en la casa he pasado a saludar a tu mamá, luego a resolver el tema de las fotos, por suerte el fotógrafo de la colonia pudo resolver el tema del fondo blanco, aunque no quiso pasarme las fotos ya editadas, pero bueno, la próxima vez que necesitemos volveré a insistir.

Lo único malo ha sido que ha tardado más de lo esperado para entregarlas, cuando fui por ellas la comadre y el ahijado me han acompañado, pero si me ha dado un poco de pena por el tiempo a esperar, supuestamente las tendría para las 8 y terminó dándomelas pasadas las 8:30.

Ahí hemos hablado de la situación de Fernanda, sigo sintiendo feo el tener que dejarla, finalmente lo único que pierdo es dinero y gano en buenos recuerdos para ella, pero la comadre insiste en que se ha vuelto muy caprichosa y por culpa de ella han regañado a sus hermanas y hasta al ahijado, cosa que no me gusta del todo, pero bueno, tus palabras siguen rondándome la cabeza: “No le hagas mal a un niño, él crece y tu envejeces”.

En fin, veremos cómo van las cosas para el siguiente fin de semana, que en teoría iremos más personas, quisiera llevármela, pero bueno.

Tantas cosas Alex… ojalá estuvieras aquí para decirme como debo actuar.

Alex… no tardes en venir por mi… te lo ruego… ven ya… TE AMO.

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