29 de diciembre de 2015

La familia de Fernando

Cuando íbamos a otras partes solíamos despertarnos un poco tarde, pero ha sido absurdo eso de ver a Fernando y su familia después de las 10 de la mañana, para ser exactos a las 11 de la mañana y para colmo se han hospedado en un hotel cerca de Reforma, así que llegar ha sido un tremendo lío, con decirte que casi me multan por la culpa de una tipa.

Al llegar ha tenido que ser rápido, entre que yo llegué del otro lado y además de que el gobierno tomó la decisión de armar un templete en el Ángel de la Independencia, he pasado por ellos de mal humor, además odio que la gente de portazos, en fin.

Vi como mamá subió, luego lo hicieron Lolis, al final sus hijos y luego Fernando, pude escuchar como poco a poco me iban saludando y la mirada incrédula del hijo mayor, hace tiempo traté de acercarme un poco a él pero ahora me he sentido bastante extraña con él.

De ahí a Santa Fé, sigo sin entender la fijación que tiene la gente con esa plaza comercial, por suerte hemos llegado sin problemas pero asesorada por mi telefonito, ahí ha sido cuando pude por fin saludarlos bien a todos y conocer al pequeño Diego quien me miraba perplejo, creo que aun para el mayor es difícil verme como tía cuando a mis demás primos termina diciéndoles primos, en fin.

De ahí a caminar a Kidzania, hacer fila y encontrar algún tema para charlar, cuando se me agotaron los temas he ido a conocer la pista de patinaje en hielo, cuando le dije a Fernando (hijo) que fuéramos y rechazó mi invitación me he sentido bastante confusa, una de mis ideas era poder charlar un poco más con él pero ha preferido quedarse con su madre y hermano, así que ni hablar, caminé un poco por aquellos pasillos que llegamos a caminar.

Al volver ya estaban más cerca de la entrada, así que al poco tiempo les pusieron unas pulseras para que “no se perdieran”, preferí no entrar y quedarme con mamá y Fernando recorriendo las tiendas del centro comercial.

Es bastante frustrante hacerlo con personas que se la pasan mucho tiempo en el mismo lugar, para no errar Fernando es una de esas personas, hemos recorrido un pasillo N veces y en cada tienda se quería detener, sobre todo en la de ropa, lo más curios ha sido que se la paso escogiendo ropa para su hijo menor, pero y el mayor?

Cuando le pregunté me ha dicho que su hijo mayor es bastante especial para su ropa y sumamente serio, a lo que me hizo pensar que más que nada ha de ser mustio Alex, sabiéndose guapo ha de ser uno de esos tipos, pero bueno.

Por suerte no ha sido un día perdido, he encontrado unos tenis bastante bonitos y lo mejor que estaban en oferta, el único inconveniente es que no los encontré del 4.5, solo estaban en 5 pero no me quedaron del todo grandes, así que un poco de algodón en la punta y listo, de haber estado en 4.5 me habría comprado los claros y azules.

De ahí a comer, supuestamente nos iba a invitar Fernando pero he terminado pagando yo, sobre todo porque erré en comprar la comida y me fui por lo seguro, comida china, pero ha sido más harina que nada, al final he ido por un sushi y listo, casi 300 pesos a la basura.

Al final he tenido que llevarlos a Polanco, aquel lugar en el que siempre estábamos Alex, pero me he concentrado más en otras cosas, sobre todo pensar en lo que al final le dije a Fernando chico, su sonrisa nerviosa y tratando de hablar conmigo, en fin, mi objetivo no pude lograrlo, ni conseguir la cita con Fernando y mucho menos acercarme a su hijo, habrá sido así con Rebeca?

Dejé a mamá en su casa y volví a casa, pensando en tantas cosas y con tráfico por todas partes, por suerte no me he topado a nadie de camino a casa, ya mañana veré que le invento a tu mamá, ni hablar.

Un día un poco perdido Alex, me has hecho tanta falta.

ALEX… TE AMO.

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