7 de abril de 2013

La blusa de manta

No ha sido un despertar tranquilo, puse el despertador con el nuevo horario y estaba dormitando un poco cuando Cecilia llamó para avisarnos que nos iríamos a las 9 de la mañana, no a las 8 como habíamos quedado ayer, por lo que me metí bajo las cobijas y de nuevo me acurruque un poco, no me he dado cuenta lo que mamá hizo en ese tiempo hasta que desperté.

Cuando lo hice me sorprendió con un poco de jugo de naranja, esta vez lo he tomado un poco más tranquila, bebí un poco y lo demás lo puse en el refrigerador, juntas nos pusimos en camino para ir con tu mamá y hermana.

Antes de irnos a las carnitas hemos pasado a comprar la pancita de mi mamá y el atole junto con algunos tamales para tu mamá, fue en el camino hacia Polanco que Cecilia ha dicho que ella se da cuenta que me molesta cuando ellas se tardan mucho en salir, para no hacer polémica he guardado silencio, no vi el caso ponerme a discutir por algo que no vale la pena Alex, eso me hace pensar todo lo que he cambiado desde tu partida, ya no soy lo que solía ser, sigo sin reconocer mi reflejo en el espejo.

Llegamos justo a tiempo pues apenas comenzaban a abrir el local de carnitas, esperamos un poco y luego comimos, estuve a punto de soltar una carcajada pues tu hermana se ha puesto una enchilada de miedo aunque a los 3 minutos me preocupe, tanto ella como mi mamá han traído carne.

Hemos pasado a la Quiroga de regreso, lo bueno es que Cecilia no iba a comprar nada y fue la que termino con las manos llenas de bolsas, le he ayudado un poco con algunas y nos regresamos, en todo momento vi a tu mamá bastante tranquila y aferrada de mi brazo, ella sigue buscando lo mismo en mi que yo en ella… ambas te buscamos Alex.

He llevado a mi mamá a su casa, cargamos las bolsas y nos pusimos en camino, hoy me ha comprado una blusa de manta Alex, las que siempre me gustaron comprar, pensé que no me quedaría pero al final ha sido como anillo al dedo, por ahora tengo la manía de comprar rosas, la mayoría de ellas me las compra mamá, y hoy encontramos una que seguramente será de tu agrado, rosa mexicano, muy linda y con un agradable aroma.

Ya en casa me la he pasado limpiando y arreglando algunas cosas, sobre todo poniendo silicón en el regadero de la cocina, sin pensarlo recordé la vez que Andrea lo quito y cuan molesta estaba con ella y contigo, ojalá pudiera molestarme por pequeñeces como esas Alex, ojalá estuvieras a mi lado.

Puse los pies en agua caliente con sal y vinagre, como solías hacerlo tu, por un momento comené a llorar, pero he sentido un poco de alivio, porque tengo los pies tan hinchados?... Te necesito tanto Alex.

Alex… ven ya por mi… te necesito tanto… TE AMO.

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