8 de febrero de 2012

Tu cumpleaños... muy triste

Desperté poco antes de las 8, sinceramente no quería hacerlo Alex, pero había programado el despertador para esa hora. Cantamos las mañanitas como siempre lo hacíamos Alex, solo que esta vez el beso fue dado a una foto muy fría. Comencé a llorar justo después de terminar de cantar. Me vestí rápidamente y salí de la casa con una enorme tristeza, el cuerpo me dolía a cada paso.

10 minutos después de la hora acordada pase por tu mamá, metí las cosas y nos fuimos de ahí. Durante el camino tu mamá se esforzaba por hacer plática, aunque no hablamos mucho. Le mencione que me resultaba difícil asistir a los rosarios de la mamá de Alfredo, ella entendió mi punto y dijo que se sentía igual pero había acompañado a Cecilia una sola vez, además por la amistad de años que había llevado con la señora.

Llegamos rápido, aunque nos encontramos con bastante tráfico, en los puestos de afuera compre una rosa de color rosa, como las que solías regalarme en mi cumpleaños, baje las cosas pero primero ayude a tu mamá a estar cómoda, por así decirlo Alex. Las flores estaban aun lindas por lo que no bajamos las que tu mamá llevaba.

Nos sentamos en silencio, y cada quien comenzó a rezar en silencio. Las lágrimas no pudieron faltar y cuando tu mamá me vio llorar guardo silencio. Así permanecimos un largo rato, coloque la flor encima de tu nombre y abrí la acostumbrada coca-cola que siempre te llevo.

Con el agua que tu mamá llevó regué las rosas y pude más agua en cada jarrón. Cuando trate de hacer lo mismo en la lapida de tu tío esta se lleno de tierra por lo que trate de lavarla. Regrese con tu mamá y me senté a su lado nuevamente.

Como ella miraba constantemente su reloj le dije que era tiempo de irnos, estaba preocupada por su hija, a la hora de haber llegado nos retiramos de ahí y le propuse ir a ver a Alfredo para ver como estaba, así lo hicimos y regresamos sin problemas. Todo el camino trate de serenarme y evitar llorar.

La deje en su casa al poco tiempo que Andrea se había ido, bajamos las cosas y me regrese a la casa, me sentía completamente cansada y triste. Por un momento llegue a pensar en encerrarme y no salir en todo el día.

Decidí ir al Cenlex, mas obligada que con ganas. Pensé en distraerme un poco pero al llegar la primera hora fue libre, pues la maestra al parecer se sentía indispuesta, aunque no tanto como yo lo estaba. Espere a la segunda hora y por un momento creo me sirvió pero a todos los sentimientos que ya tenía agregue la frustración.

Al salir, volví a ir al panteón yo sola, justo comenzaba a llover pero no me detuvo y por supuesto importo, baje el paraguas y me senté a un lado, a mi manera te rece un rosario y al terminar trate de hablar contigo, quise sacar un poco de todo lo que traigo encima, de lo mal que me siento, de cuanto te extraño y me haces falta. Trate de imaginarme los buenos tiempos pero solo me sirvieron para llorar sin consuelo. Regrese a la casa antes de las 6.

Toda la tarde me la pase en silencio Alex, llorando y sintiéndome tan triste. Me tome media pastilla para dormir esperando que hiciera efecto inmediatamente. Medio comí Alex y me recosté en la cama.

Vi la televisión hasta que el sueño llego a mí, serian como las 11 de la noche Alex, apague todo y me quede dormida. Hacía mucho frio Alex.

Alex… en este día te mando mi amor, miles de besos estés donde estés… te extraño tanto… por favor ven ya por mi… TE AMO.

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