2 de junio de 2011

Voluntariado

Alex, no sé por qué razón, me desperté mucho antes de que sonara el despertador, aunque fue bueno pues había errado en la hora que deseaba levantarme. Comencé a escuchar ruidos en la oficina, al decidir ir a ver vi que la "ratita" se encontraba ya haciendo la limpieza, opté por meterme a bañar e irme al centro, cosa que hice pero tome el camino más largo.

Me dirigí al metro caminando, no tenía prisa por llegar al centro de inmediato, fue lento el trayecto y pensándolo bien creo que tome uno de los caminos más largos. Camine por los lugares que solíamos ir, recordé muchas cosas, hasta situaciones en donde Don Manuel apareció. Aquella iglesia en la que costó mucho trabajo mover la silla de ruedas en los 15 años de Andrea, locales donde solíamos comer o ver los aparadores. Creo que aun continúan las mismas personas que nos vieron juntos, pero de ellos ninguno se acuerda de nosotros o principalmente de ti.

En frente del Teatro Blanquita recordé la vez que vimos Aventurera, tu emoción por ver a una de tus artistas mexicanas favoritas, me hiciste tomarle muchas fotos a la obra, aunque no la disfrute del todo, pero tú sí. Eso para mí fue suficiente.

Continué entre las calles hasta llegar al comedor Vicentino, en una de las jardineras me senté y observé a la gente, muchos indigentes, drogadictos, desempleados, prostitutas y gente en condiciones de pobreza extrema comenzaron a arribar. Vi como tocaban esa pequeña puerta y salía un señor de edad avanzada dando un pequeño boleto a cada uno de ellos. Pasado unos minutos me acerque un poco más, hasta llegar a ver claramente la cara de las personas. Uno de ellos, al acercarse a mí, me dijo que si ya me habían dado un boleto, por lo que pensé que realmente mi apariencia física está completamente deteriorada.

Te pregunte: Alex, realmente es lo correcto?, y vi un par de mariposas volar, parecían monarca, una de ellas se separo de la otra, volaba con dificultad, por un momento pensé que se caería, pero lo único que hizo fue acercarse a donde me encontraba, a los 2 o 3 metros mire hacia otro lado y cuando trate de buscarla ya no la encontré. Por lo que me dirigí a la entrada del edificio. Me atendió el mismo señor, me presente como voluntaria e ingrese en el edificio, solo habían 3 hombres y 1 mujer, muy amables todos. Afortunadamente llego la comida a tiempo (arroz, chicharrón en salsa verde, frijoles y tortillas).

Me explicaron rápidamente cual era la mecánica a seguir, servir toda la ración en un plato desechable, dar una botella de agua y 2 tortillas. No sabía que en algunas ocasiones se les permitía repetir. Y sobre todo rapidez. Pues comenzó el momento, mi ritmo al principio fue lento, pero con forme avanzaba el tiempo tuve que acelerarlo. Al final creo que la señora Carmelita no quedo muy satisfecha con mi labor pues por más que me decía que también sirviera el caldo de los frijoles, cuando volteaba a verme había mucho en el recipiente, varias veces me dijo que también lo sirviera. Luego cuando todo termino y me dijo que lavara una olla, por un momento pensé que se estaba excediendo conmigo pues pretendía que lavara todas las ollas, afortunadamente el encargado del comedor ayudo con la labor. Al terminar de lavar la olla y las cucharas vi que iba a comenzar el proceso de desinfección del lugar, como recordarás Alex soy alérgica al cloro, así que me disculpe y me retire cuanto antes del lugar, pensaron que comería con ellos, pero no se me antojo. Di las gracias y me retire.

Mi intención también era buscar el libro que me habían recomendado (Saludos desde el cielo), donde me daría cuenta de cuánto amor sientes por mí y de que las coincidencias que he tenido son en realidad hermosos mensajes que me envías desde donde te encuentras Alex. Camine por las calles del centro buscando Donceles, pregunte varias veces y me di cuenta que camine en círculos y la calle se encuentra tan cerca del comedor que me sentí bastante triste y tonta. Comencé a llorar por lo mal que me sentí, ya en Donceles visite todas y cada una de las librerías de viejo buscando los libros. No negare que la sensación de soledad y tristeza inundaron mi ser. Realmente que mal me sentí. Recordé cuantas veces fuimos a esas librerías, los lugares en donde nos detuvimos, donde nos sentamos a descansar o comer un helado... Realmente fue difícil. Pero sabes… encontré un libro que pensé no verlo por mucho tiempo. Gracias Alex por ayudarme, ahora solo me falta 1 para tener la serie completa y comenzar a leerlos.

Alex, el recuento del día es que al final solo logre dos cosas, la primera es un cansancio en las piernas y la segunda es haber encontrado ese libro. La experiencia del comedor considero no fue buena ni mala, pues con los mismos sentimientos que entre salí por esa puerta. Así que no estoy segura si regresare.

Vi mucha soledad, rencor, odio, pobreza, aunque también vi destellos de lo que considero es amor y gratitud. Recordé las veces en las que al ver un indigente me decías que tu mayor temor era terminar en esa situación, siendo realistas no lo íbamos a hacer, te considero un ser con mucha fuerza para salir adelante y enormes capacidades que impedirían llegar a ese nivel de pobreza. Por un segundo pensé que si hubiéramos estado aun en esa situación continuarías preocupado por mí. Para ti siempre fui tu prioridad, como lo fuiste y seguirás siendo para mí.

Pasan los días y me doy cuenta de cuánto me haces falta Alex… Por favor… habla con quien tengas que hablar… pero te lo suplico... ya ven por mi… no me dejes más tiempo en esta situación… TE AMO ALEX

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