Después de pensarlo un momento, mientras doblaba las
cobijas, finalmente no fui a la leche, esta vez me preparé para ir por la comadre
y el ahijado e ir a su escuela para tramitar su cambio de turno, desde ayer le
dije que imprimiera algunos documentos, solo que se me paso uno, que no estaba
aún disponible, el tan codiciado comprobante de inscripción, que no era más que
su tira de materias, pero no lo teníamos.
He de decirte que llegamos muy temprano, de hecho, fuimos
los primeros en llegar, poco a poco comenzaron a llegar los demás, solo que
cuando abrieron la puerta preguntaron por ese papel y nada que lo teníamos, por
suerte todo se puede sacar por internet, así que le dije al ahijado que entrara
a su perfil, y después de contestar una encuesta, por fin se pudo bajar ese
archivo, lo imprimimos y se fue a tramitar su cambio.
Sabía que iba a volver por el dinero que le cobrarían si era
aceptado su cambio, y así paso Alex, pero ya estábamos listas con los 80 pesos
que le pedían, esta vez la comadre le dio 50 pesos y el resto se lo di yo, y
pues al final ni el supo que paso hasta que le explique lo que había pasado y
el papel que le habían dado era ya su nuevo horario, pero en el turno que
quería y las clases comenzarán la siguiente semana.
Al final les he confesado que hoy es mi cumpleaños, pero
solo recibí unos abrazos medio a fuerza que otra cosa, lo más tierno ha sido
que “Corleone me cantó las mañanitas” como solías hacerlo tú, aunque desde hace
tanto tiempo solo he visto tu foto acompañándolo, y sabes Alex, eso duele
mucho.
Los he traído de vuelta, pasé a la gasolinería y me he ido a
hacer el recorrido de siempre para finalizar llevando al coquito a verificar,
extrañamente me encontré con un poco de gente, pero creo no he estado más de 40
minutos ahí, no tarde tanto, pero si un poco más a diferencia de otras
ocasiones, así que ya solo me falta un trámite más para concluir los que el
coquito necesita.
Vuelvo a casa, por fin desayuno, y comienzo la jornada laboral,
por supuesto que le marque a mamá y me deseo un feliz cumpleaños, aunque bien
sabe que no es así desde tu partida, ya no celebro nada.
Y como la ratita decidió no venir, le he dado una limpiada a
la casa, no tan profunda, pero si necesaria, más tarde me ha marcado Belén,
pero, como estaba a medio trapeado, no le contesté hasta 20 minutos después, ha
sido tierno ver como me tenía una sorpresa pues, hoy ha sido el día en el que
por fin su nena prueba chocolate, al principio no lo quería hasta que descubrió
el sabor y luego se comió el panquecito a pequeñas mordidas y feliz.
Así que, al final del día, he recibido algunas
felicitaciones, por supuesto ninguna de tu familia o primos, pero bueno, es
algo que se veía venir, si en persona me ponen caras, pero bueno, como bien
dices: “A lo tuyo y no te fijes en pequeñeces, ellos se lo pierden”.
De verdad me haces tanta falta Alex… ven ya por mi… me haces tanta falta… TE AMO.
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