2 de febrero de 2021

Una tarjeta vencida y un buzón revuelto

Después de todo pude dormir bastante bien Alex, solo me he levantado a media madrigada para ir al baño o limpiarme la nariz, así que me he levantado un poco más descansada, aunque hubiera preferido quedarme más tiempo dormida, pero me he levantado y salí de casa para ir a comprar leche.

Ya en casa, metí la leche en el congelador y fui al centro comercial para comprar mangos, esta vez le he dado algunas vueltas a la tienda para encontrar ofertas, solo encontré una caja de galletas, y bueno, ya para pagar tuve un problema pues la tarjeta estaba vencida y no llevaba otra, no me di cuenta de eso y pues me regresé de volada, aunque la esposa del vecino Eduardo, se acercó y me ofreció prestarme dinero para pagar, agradecí el gesto pero preferí venirme a la casa de volada, así que le dije a la cajera que en 10 minutos volvía, tiempo que aprovechó para ir al baño y pues ya con otra tarjeta pude pagar.

En cuanto llegue he hablado al banco para que me manden el nuevo plástico, según que entre 7 y 10 días me la mandan, ni hablar Alex, a esperar, aproveche para también reportar la tarjeta de puntos que también estaba vencida, me extraña que no me la hayan mandado antes, lo peor ha sido que en su sistema tienen registrado 2 visitas para entregarme el plástico, pero como le dije: “Señorita no hemos salido de casa, no han venido”.

Por suerte hoy estuvo muy tranquilo, pero me he dado a la tarea de revisar un tema pendiente, afortunadamente pude hacer que modificaran algo en el servidor de correo y bingo, la dirección, o más bien el dominio al que no se le podía enviar correos comenzó a recibirlos, como me sentía bastante bien quise encontrar esa felicitación que me dabas cuando solucionaba algo, en alguien más, pero sabes, no lo encontré y eso me dolió bastante, aunque creo que bien dicen: “La obra negra casi nadie la ve y aprecia”.

Alrededor de medio día he ido de volada al banco para atender un asunto, hablé con Alan, quedó de avisarle a su conocido y me vine a casa de volada, como llevaba dinero compré unas gorditas que me llamaron la atención, quizá luego vaya y compre algunas para mamá.

Digamos que todo iba bien hasta aquí, pero cuando comencé a hacer un respaldo, algo tan sencillo, metí un poco la pata y los mensajes comenzaron a moverse a otro buzón, por suerte no fueron muchos, pero si muy pesados, y ni hablar, me di a la tarea de limpiar el desastre que había hecho, lo que me llevó un buen rato, pero creo que pude solucionarlo.

Además de todo eso, mamá me ha contado, por enésima vez, que su hermana estuvo tratando de chantajearla con eso de querer ir a Tampico pues la abuela está hospitalizada, cosa que no fue cierta, y pues si está delicada, pero para alguien con más de 90 años está bastante bien, con los achaques normales de la edad, pero bien.

Hablamos bastante de ese tema y, como ya sabía, hemos llegado a la conclusión de que, pase lo que pase, no la llevaré a ese lugar, en cambio prefiero gastarme ese dinero para llevarla a unas vacaciones todo pagado, quien sabe Alex, quizá hasta me anime a llevarme al ahijado, pero ya veremos.

Por supuesto termino el día pensando bastante en ti, en lo mucho que me haces falta.

Alex… TE AMO.

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