3 de febrero de 2019

Haciendo un oso

Vaya “oso” que he hecho hoy Alex, todo por no fijarme del todo en lo que a veces hago, pero bueno, siendo domingo pude levantarme un poco más tarde de la cama, aunque me apure pues fui a casa de David pues me invitaron desde hace días para ver el superbowl y festejar el cumpleaños de David, así que me apuré, lave mi ropa, limpie y ordené un poco la casa y fui a casa de David.

Hasta eso, he llegado bastante rápido, ahí me esperaba Belén con las sobrinas de David, estuve con ellas un buen rato, luego me pase una tarde muy divertida con su familia y comí todo lo que no puedo comer Alex, le empaque duro y bonito a las frituras, al pollo rostizado y demás cosas que había ahí, por lo que seguramente voy a tener una indigestión más tarde o mañana, pero he comido como niño de hospicio, hasta no ver fondo.

Fuera de la comida he tenido una linda tarde, me agrada la forma en que me trata su familia, muy acogedoramente, nada que ver con la manera que tratan a otras personas, como la novia del hermano de David, pero esa es otra historia Alex.

Bueno pues, el tiempo pasó y cuando menos lo esperé ya era de noche y apenas iban a partir el pastel, como era de David no nos podíamos ir, así que esperé a que lo partieran, comiéramos un poco para luego irnos directo al transporte.

Tuve suerte de que me llevaran al suburbano y que David me prestara una tarjeta pues olvidé la mía, además que tenía en mente irme al Rosario y de ahí tomar el metrobus a la casa, pero bueno, me fui en suburbano hasta Buenavista, y como me advirtieron que la tarjeta tenía poco crédito le puse lo suficiente para pagar el recorrido.

Hasta aquí todo normal Alex, llegue sin problemas a la estación, pero como el suburbano te descuenta el importe hasta que bajas, tienes que usar la tarjeta para salir, así hice, pero la tarjeta no funcionaba, pensé que le había puesto menos dinero, traté de ponerle más, volví a los torniquetes y nada, no podía salir, así que miré a todas partes pensando que podía escabullirme por abajo, pero estaban algunos policías, ni hablar.

La tercera vez que traté de pasar la tarjeta me desesperé, ya no había gente, así que fui con el encargado y, poniendo cara de pocos amigos le explique que la tarjeta no pasaba, que le había puesto dinero antes de subir pero que ni así podía salir.

Solo vi una sonrisa del encargado cuando vio la tarjeta en mi mano, pensé que me iba a dejar salir, pero no, me explico amablemente que me creía lo del abono, pero cuando iba a repelar me dice: “Señorita esa tarjeta es del metrobus”, no me quedo de otra más que disculparme, ver mi mano y sonrojarme mientras sacaba la tarjeta del suburbano y salir de la estación. Ya en el metrobus le escribí a Belén y David quienes se rieron de mí, y bueno no me quedó de otra más que reírme de mi misma. Vaya confusión.

Así terminé el día de hoy Alex, entre risas, llamada a mamá y pensando en ti, seguro me habrías hecho burla durante varios días y hasta contado a algunas personas sin importarte mi enojo, como solías hacer en estas ocasiones.

Alex… ojalá pudiera escuchar tu risa… me haces falta… TE AMO.

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