23 de noviembre de 2017

Carmina Burana

He tenido una mañana como cualquier otra Alex, me levanté y preparé para irme al trabajo como cualquier día, solo que antes de salir he preparado el libro que suelo llevarme y coloque tu foto encima, para que no se me olvide por la tarde.

El único problema del día ha sido que por la mañana, he perdido la memoria de Daniel, la que usaba para escuchar música, por más que la he buscado nada, no la encontré, fue al llegar a la oficina, en la puerta donde se me cayó, creo que terminará llena de reguetón, que pena, bien sabes cuanto odio perder cosas por descuidada, ni hablar, es una memoria.

Y se me pasó el día bastante rápido en la oficina, he estado organizando algunas cosas en la oficina y de vez en vez, bajé algunos libros que me parecen interesantes, además creo que debo completar las sagas que tengo incompletas y acomodar bien mi biblioteca digital, a veces pienso que no me alcanzará la vida para leer tantos libros Alex.

Llegue temprano a la casa, curiosamente no me he topado tráfico de regreso, así que me he ido directamente a la casa, ni siquiera pasé con las Chávez, además últimamente, cada vez que paso, Cachito anda durmiéndose, Blanca de malas y la comadre cansada, afortunadamente no hay noticias malas, o no me las quieren contar, quien sabe, pero bueno, me fui directamente a la casa, sin escalas.

Antes de irme he lavado trastes, regué las plantas y prendí luces pues, después de las 6 de la tarde, ya comienza a oscurecer, he salido a las 6.30 de la noche, según yo con bastante tiempo para llegar y poder ver los puestos afuera del auditorio, solo que no contaba con el tráfico a esa hora, por un momento llegue a pensar que no iba a tener tiempo para babosear los puestos.

Me he ido en el metrobus y bajé en el hospital infantil para tomar el camión que iba hacia el auditorio, he tenido suerte pues me topé con uno que solo hace paradas establecidas, de los directos, te acuerdas Alex?, solo que gran parte del trayecto lo he hecho sola en el camión, no fue hasta pasando Tlatelolco que la gente comenzó a subir, confieso que me dio miedo Alex.

El trayecto de Reforma se me hizo interminable, pero llegué con 15 minutos de antelación, así que pude ver los 4 puestos de souvenirs que se pusieron, según me dijeron no les dieron chance a más y algunos prefirieron irse a preparar otros eventos, así que, como siempre, he comprado una playera para mí, aunque creo que me va a quedar un poco grande y otra para ti Alex.

El show comenzó tarde, eran casi las 9 cuando la orquesta comenzó a tocar el huapango que tanto te gusta, de ahí ha salido un tenor, luego de varias canciones salió Susana Zabaleta, muy guapa pero se me hizo un poco presumida ya que su vestuario era exagerado, pero bueno, confieso que debo leer más de Carmina Burana pues, aunque los bailarines hicieron su esfuerzo, lo que más me ha gustado ha sido la sinfónica nacional, una de las tantas presentaciones que moríamos por ver, poco a poco estoy cumpliendo esos pequeños planes Alex, otros de plano son imposibles.

Al salir me he formado en la cola para el camión, me he venido parada pues había muchísima gente, curiosamente en Calzada de Guadalupe pude ver a un malabarista de buen ver, me ha dado curiosidad saber su historia, sobre todo porque tiene mucho jale con las mujeres, en fin.

He llegado a la casa después de las 11 de la noche, caminé rápido por las calles y entre con mucho cuidado a la casa, aunque la emoción me ha cansado, no tengo sueño Alex, pienso mucho en ti.

Alex… ven por mi… no tardes… TE AMO.

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