8 de febrero de 2015

Tu cumpleaños

Un día que antes era lleno de amor me ha resultado todo lo contrario, tal parece que nadie se acuerda que justamente hoy es tu cumpleaños, por supuesto he dormido poco, después de pasar un rato a solas contigo me ha costado trabajo dormir.

Mis manos buscaron constantemente el calor de tu cuerpo, mis labios desesperados por el sabor de tu boca y lo que queda de mi alma embargada en una terrible tristeza, porque tienen que ser las cosas así Alex?

Con tu mamá he hecho lo de siempre, ir a la Quiroga, comprar un poco de fruta y esperarla para ayudarle con las bolsas del mandado, de ahí al rastro, mientras las esperaba traté de distraerme viendo una película en el telefonito, creo que ha sido una buena inversión Alex, al menos me ayuda a distraerme cuando estoy sola, que es prácticamente todo el fin de semana.

Continué con mamá, trate de no pensar, de hacerla sentir bien y que no se diera cuenta de mis ganas de llorar y lo sumamente triste que me encuentro hoy, mientras íbamos al mercado hemos pasado por una iglesia, quise entrar y escuchar misa en tu nombre, pero si lo hacía seguramente terminaría llorando. Así que seguí caminando y me he tragado las pocas lágrimas que, necias, insistían en salir. Afortunadamente mamá no se dio cuenta de ese momento o quizá prefirió no hablar de ese tema.

Volví a casa llorando, estando sola es más difícil tragarme las lágrimas, afortunadamente no me he topado con alguien conocido de camino. Acomodé la comida en el refrigerador y luego me he ido a ponerle la pijama al coquito, tuve que remendarla un poco pero quedo bien, hasta con olor a pinol quedó, pero en poco tiempo terminará de nuevo sucia.

Por la tarde he ido con tu mamá, aproveché que estaba la señora Lucha y me he cortado el cabello, como me topé con el “loco” le he pedido que me acompañara para que sobara a tu hermana, ella continua muy molesta de la espalda, vimos cómo casi llora del dolor cuando comenzó a sobarla.

Lo bueno es que Cecilia dejó que me cortaran el cabello antes de ella, como siempre recogí el cabello del piso y me he venido a la casa, tampoco ellas se dieron cuenta de mi mutismo Alex, nadie se dio cuenta de que no miraba a los ojos y bajaba constantemente la mirada por miedo a que las lágrimas me delataran.

Ya en casa te he colocado una rebanada del pastel que tanto te gusta, te recé y puse una vela en tu nombre, no sé si sea válido pero he tratado de bendecirla, espero que esa luz llegue a donde estas Alex.

Tarde de muchas lágrimas, mucho dolor y melancolía.

Alex… “FELIZ CUMPLEAÑOS”…. TE AMO.

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