26 de febrero de 2015

En curso, día 1

Es difícil ir al Poli sin tu compañía Alex, aun y cuando estuve en el Cenlex el pasar por las instalaciones remueve tantas cosas dentro Alex. Siempre que estoy ahí trato de imaginarte a mi lado caminando y explicándome una a una tus aventuras mientras camino.

Y lo hiciste en su momento Alex, justo hoy quisiera revivir esos momentos, justo hoy estoy de nuevo en tu alma mater para tomar un curso de capacitación. Por fin Vic me ha mandado a sensibilizarme con respecto a Calidad.

Como siempre he llegado temprano, caminaba por el lugar cuando me topé a un maestro y no dude en preguntarle por el edificio al cual debería dirigirme, he de decirte que iba en sentido contrario. Amablemente me condujo a donde debía ir, para mi fortuna también tomaría el mismo curso, así que al menos no estaré sola sin conocer a alguien.

Hemos hecho algunas dinámicas, sobre todo para conocernos y romper un poco el hielo. Poco a poco comenzamos a acercarnos unos a otros, algunos tuvieron que moverse de lugar, pero como yo estaba justo en el centro no hubo problema.

Es curioso Alex, pero sin pensarlo comienzo a destacar, como solía pasarme en la universidad, comienzo a ser el centro de atención y la persona que más opinaba. Curioso pero he dejado callado al maestro cuando hizo un comentario de Hitler, hablábamos de liderazgo.

Un tema que me hizo pensar tanto en ti y las noches que nos pasamos hablando del tema, al final llegamos a un acuerdo en el cual no era realmente malo ni bueno, hizo lo que tenía que hacer para beneficio de la raza aria, es todo. Aunque el precio haya sido muy alto para el resto del mundo.

A la hora de la comida tratamos de organizarnos, al final hemos quedado de nuevo el maestro y yo comiendo en las bancas del Cenlex. Unas ricas enchiladas, que al final solo he podido comer la mitad, y una coca fría. Al volver me topé con una chica británica y hemos estado hablando en inglés, por supuesto el maestro se asombró de eso, solo pudo decir: “Good bye”.

Solo nosotros hemos llegado puntuales al salón, hemos tenido que esperar por los demás, por supuesto les llamaron la atención pero como buenos mexicanos no les importó. Ni hablar, una lección bien aprendida de los alemanes Alex.

En casa noté que la ratita había venido, pensé que no lo haría y estaba a punto de hablar con ella para decirle que solo viniera 2 veces al mes, ha sido mamá quien me convenció de no hacerlo, luego se vaya a molestar y deje de venir, en eso tiene razón.

Te extraño tanto Alex.

Alex… ven por mi… no tardes… TE AMO.

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