25 de septiembre de 2011

El pastel

Me desperté antes de que sonara el despertador Alex, mi mamá ya no estaba acostada, eran las 8 de la mañana y solo pude permitirme cerrar los ojos y dejar pasar el tiempo. A las 8.30 me levante y vestí, mi mamá ya tenía todo preparado para irnos y así lo hicimos.

Pasamos por tu mamá y hermana a las 9 y juntas nos fuimos al panteón, aunque había comprado las flores el día de ayer para hoy dos de los ramos ya estaban bastante feas por lo que las limpie un poco y se las di a mi mamá para que las colocara en otras tumbas.

Al terminar de colocar las flores en el florero no me gusto el resultado final, aunque ellas me dijeron que habían quedado bien. Quizá fue por el contraste de colores, por lo demás no me gusto en absoluto aunque sinceramente Alex nunca me satisface el resultado final, sigo pensando que no debería estar haciendo ese tipo de cosas y otras más.

Regresamos sin problemas no sin antes pasar a las oficinas y realizar el pago correspondiente del paquete que será una de mis decisiones finales. Traje a tu mamá y hermana a la casa y luego lleve a mi mamá a la suya, hemos platicado de varias cosas, entre ellas de lo que quiero haga con algunas de las cosas que tenemos Alex y a quien dárselas cuando yo me vaya a encontrarme contigo, se puso un poco triste pero hemos dejado algunas cosas claras, sobre todo las referentes a mi hermana y ahijado.

De regreso y ya casi llegando a casa se me antojo un pedazo de pastel, llegue a pensar que sería muy loco regresar e ir a la pastelería Suiza solo por una rebanada de pastel, así que pensé dejarlo para el próximo fin de semana al final me quedaría solo con las ganas además tengo mucha comida en la casa y no puedo dejar que se eche a perder.

Pensé que sería un domingo tranquilo, pero pasada la hora de la comida llego el Pato a casa de tu mamá Alex, solo que estaba tocando y al parecer no estaban, fui con él y lo pase a la cocina, ahí esperamos a que llegaran pues no tardarían en llegar. 15 minutos después llegaron todos y comenzamos a charlar.

La plática se basó prácticamente en contar anécdotas contigo Alex, tu mamá, hermana y yo queríamos escuchar algunas que tuviste con el Pato. Hemos llorado mucho, reído un poco, descubriendo cosas nuevas pero sobre todo extrañándote. Me doy cuenta que todos hemos perdido bastante, el Pato a su mejor amigo, Cecilia a su hermano, Doña Celia a su hijo y yo al amor de mi vida.

No pude evitar comenzar a llorar cuando tu hermana conto tus últimos momentos, prácticamente de ellas si te despediste pero de mi no. Quiero creer que es porque pronto vendrás por mi y estaremos nuevamente juntos.

Entre la charla el Pato nos ha contado que hizo un viaje desde Veracruz hasta Mérida dedicado prácticamente a 3 personas, su padre, tío y por supuesto a ti. Durante el cual en varias ocasiones los llego a sentir muy cerca de él, ya fuera para protegerlo del sol, mostrarle nuevos paisajes o ayudarlo a superar sus miedos. Lo ha disfrutado mucho pero le hiciste mucha falta Alex.

Casi a las 9 terminamos la reunión, el Pato se despidió y yo salí con un pedazo de pastel entre las manos, bastante rico por cierto.

Dice mi mamá que la coincidencia del pastel es porque tú nunca me vas a dejar sola, varias veces me ha comentado que ha llegado a sentirte en la casa aunque con tantas cosas que mi mamá ha contado en su vida me resulta un poco fantasioso de su parte. Quizá si alguien más me lo dijera pudiera comenzar a creerle a ella.

Me haces tanta falta Alex. Hay veces que quiero ya claudicar.

Alex, por favor ven ya por mi… ya no quiero seguir aquí… ven ya… no tardes… llévame contigo por favor… TE AMO.

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